JOYERÍA IRANTZU

INK ESTILISTAS

Joyería Irantzu
  Calle Bergara, 16· Donostia – San Sebastián
  685 715 806
  irantzu@joyeriairantzu.com
  www.joyeriairantzu.com

Una joya puede ser mucho más que ese “bello capricho” que a la mayoría de las mujeres nos encanta lucir. Puede tener un gran valor sentimental que supera con creces el material… también puede ser el testigo de un momento maravilloso en nuestra vida, ese que nunca olvidaremos… o simbolizar la más preciada muestra de amor. Las  joyas encierran una belleza eterna… transmitiendo un mundo de emociones que para algunas personas es realmente apasionante.

Una de esas personas es Irantzu Zuriarrain, una mujer cuya dedicación al mundo de la joyería es  mucho más que vocacional; es puramente pasional. Solo hay que escucharla cuando define una pieza que observa entre sus manos: la infinidad de adjetivos que puede decir acerca de ella es interminable.

Esta gran profesional, nacida en Tolosa, regenta junto con Álvaro, su marido, la Joyería Irantzu, situada en C/ Bergara 16; un precioso establecimiento cuyas colecciones de las firmas más prestigiosas expresan todo un lenguaje de belleza, distinción y elegancia. ¿Entramos?

Colaboradores: Ink Estilistas

Entrevista: Gemma Garbizu
Fotografía: Marian Etxebeste
Grabación de vídeo: Nerea Herrero
Coordinación: Laura Manjarrés
Edición y postproducción: Filtro Creativo

MAKING OF

Hola Irantzu, escuchándote con tanta pasión cuando me hablas de tu trabajo, adivino que siempre has tenido claro a qué querías dedicarte…

Adivinas bien, yo soy la cuarta generación de una familia de relojeros y joyeros y he vivido la pasión por este oficio desde niña. Mi bisabuelo ya tenía negocio de joyería y le siguieron mis abuelos y mi madre. Yo soy de Tolosa pero de niña viví en Beasain debido a la profesión de mi padre que trabajaba en CAF. Allí mi familia tenía una joyería y nada más volver de la Ikastola lo que más me gustaba era salsear con las piezas de Joyería: ¡¡me fascinaban!!

Por eso decidiste estudiar Gemología…

No tuve ninguna duda, siempre he sido una mujer con las ideas muy claras así que después de estudiar secundaria y COU en Estados Unidos, decidí estudiar Gemología en Madrid. Se trataba de una diplomatura donde adquirí muchos conocimientos, pero en un sector tan dinámico y cambiante como el de la joyería la formación debe ser constante, es fundamental estar siempre a la última en todos los aspectos, tanto en tendencias como en procesos de fabricación y materias primas.

Comentas que el sector de la joyería es muy cambiante, ¿hasta qué punto?

En nuestro sector ha cambiado todo: desde la forma del consumo hasta el público que lo consume. El consumidor tiene mucha más información gracias a ventanas como Internet, los procesos de fabricación son totalmente diferentes… Ahora existen marcas de joyería muy conocidas que el público demanda cuando hace veinte años no era así, y se han puesto en valor piedras preciosas de gran belleza como las kunzitas, los peridotos, o las prehnitas, por mencionar algunas, que encierran un gran atractivo. Son joyas de color muy fáciles de llevar, que se han puesto de moda siguiendo las tendencias de esas personas a las que les gusta cambiar de anillo o de pendientes dependiendo del color de la ropa que lleven.

Por lo que comentas, ¿el cliente está mucho más informado que antes?

Sin duda, en nuestra joyería entra mucho público joven con una gran formación e inquietudes. Muchos clientes quieren conocer todos los detalles de lo que adquieren: quieren saber de dónde vienen los materiales, de qué se componen… vienen buscando esa pieza que han visto por Internet o cuando estuvieron en el extranjero… entran en busca de asesoramiento y de alguien que les brinde máxima confianza en una elección importante. Por eso es fundamental tener un alto nivel de formación para poder ofrecer la mejor atención posible, y eso se logra con muchos años de experiencia y bagaje profesional.

Tu primera joyería la tuviste en Zarautz, ¿no?

Efectivamente, cuando me independicé profesionalmente abrí una joyería en esa bonita localidad. Trabajaba “muy a mi aire”, ofreciendo solo joyas que me fascinaban, era bastante idealista (risas). Con el tiempo, algunas firmas como Pomellato comenzaron a visitarme; me conocían de oídas y querían que yo fuese su punta de lanza para introducirse en Gipuzkoa, pero para ello tenían una condición: debía trasladarme a San Sebastián.

¿Y desde cuándo tenéis la Joyería Irantzu en la calle Bergara?

Desde el año 2011, cuando nos tiramos a la piscina y adquirimos este local ¡¡en plena crisis!! Pero estamos muy contentos de la trayectoria llevada hasta ahora, la anterior joyería era más pequeña y no teníamos un buen escaparate para poder mostrar las piezas, necesitábamos disponer de más metros ya que las joyas necesitan respirar en el espacio para poder transmitir la plenitud de su belleza. Este local nos gustó mucho, tanto por las características neoclásicas del edificio como por su ubicación, al estar situado en una zona tranquila donde los clientes pueden encontrarse en un ambiente muy relajado, y esto es una cualidad muy importante en un sector como el nuestro.

La verdad es que tenéis un establecimiento precioso, y qué decir de las piezas expuestas, hay auténticos sueños materializados en anillos, pendientes, o pulseras, entre otros…

Muchas gracias, ponemos mucho mimo en cada detalle. Tanto Álvaro como yo vamos continuamente a las mejores ferias y escogemos aquellas piezas que pensamos que pueden gustar más a nuestros clientes. Deben ser piezas con un nivel de calidad muy alto en cuanto a materiales y fabricación, pero también apostamos por piezas con diseños muy especiales e incluso a veces arriesgados.

Tenéis una amplísima selección de joyas… marcas de última tendencia como Messika o Pomellato, ¿Qué criterios seguís para escoger vuestra oferta?

Seleccionamos aquellas joyas que nos transmitan, que aporten un plus especial; son firmas con las cuales la creatividad siempre está presente en el mundo de la alta joyería. En ese aspecto Álvaro tiene un gusto exquisito para saber escoger de forma adecuada, siempre acierta con sus elecciones.

Y también tienes un gusto exquisito a la hora de montar los escaparates, debe ser complicado, ¿no Irantzu?

Bastante sí, he realizado cursos de escaparatismo de la mano de uno de los mejores profesionales. Cuando tenía diecinueve años le vi montando un escaparate y me quedé fascinada; este profesional iba a impartir un curso en Barcelona y asistí. Antes de montar cada escaparate lo tengo todo visualizado en mi mente, suelo hacerlo los fines de semana porque entre semana es complicado, pero no me importa; disfruto muchísimo creando nuevas composiciones. Puedo cambiar el escaparate cada dos días o cada quince, según surja, pero sí es cierto que hago muchos escaparates diferentes.

También tenéis una atractiva oferta de relojes…

Trabajamos con casas suizas de toda la vida como Tissot, Longines y Zenith. Al contrario de la joyería, opino que en cierto sentido el sector de la relojería ha perdido algo de romanticismo, pero seguimos trabajando con firmas que mantienen intactos sus valores y nos brindan muchísima confianza.

¿Quién entra en vuestra joyería en busca de esa pieza tan especial?

Te diré que nuestro público es de lo más variado, y por eso contamos con una oferta muy amplia. Tenemos mucho público joven, hombres y mujeres que vienen en busca de esa alianza o regalo de pedida, o al encuentro de un regalo o un capricho especial. También tenemos clientes extranjeros, pero sobre todo nuestro día a día es atendiendo a nuestro público de aquí, muchos de ellos nos conocen y confían en nosotros desde hace muchos años, y en algunos casos incluso forjas relaciones que se convierten en grandes amistades.

Antes eran los padres los que casi siempre compraban los regalos de pedida para sus hijos, ¿esto también ha cambiado?

Hay de todo, pero cada vez son más los jóvenes que toman las riendas; hay hombres jóvenes muy “valientes” (Irantzu sonríe) que vienen solos en busca de una joya de pedida para su novia y ese es uno de los trabajos más bonitos que realizamos, porque para el novio se trata de una decisión de compra muy importante. Este cliente debe salir de nuestra joyería habiendo acertado en su elección. Para lograrlo, nosotros como profesionales debemos dar con esa pieza “idónea” que encaja con el estilo de ella (puede que no conozcamos a la novia, así que debemos conocerla a través de él) pero que además le guste al novio, porque se la verá puesta todos los días.

¿La joya más habitual para una pedida es el anillo?

Sin duda, es algo cultural que representa el círculo de la vida, pero también se puede adquirir unos pendientes, una pulsera o incluso un broche. Todas estas joyas pueden simbolizar perfectamente el compromiso y ser traspasadas de generación en generación.

¿Hay muchos clientes que vienen con ideas fijas que han visto en Internet?

En algunos casos sí, aunque pueden cambiar completamente de opinión después de haber entrado en nuestro establecimiento. Una joya no se puede apreciar a través de una pantalla de un ordenador; no se aprecia su brillo, su calidad, su dimensión, su tersura, si la montura es maciza, si el engaste es perfecto… Hay personas que vienen pidiendo una pieza concreta y se van con otra completamente diferente porque después de verla se han “enamorado” de ella.

Hablando de brillos, seguro que opináis que no hay brillo más atractivo que el de un diamante de excelente calidad…

Nosotros solo trabajamos con las mejores materias primas y, por supuesto, los diamantes no son una excepción. Los compramos directamente a la bolsa de Amberes, donde puedes acceder de la mano de personas acreditadas y donde se encuentra la mejor calidad a nivel mundial; son diamantes con un blanco altísimo tirando a puro que duran perfectos toda la vida y solo escogemos aquellas piezas que nos transmiten algo: ello nos permite tener un control absoluto sobre cada pieza que ofrecemos.

¿Y un diamante de estas características requiere de una elevada inversión por parte del comprador?

Dentro de nuestra oferta podemos tener anillos con diamantes de primer nivel y monturas de oro de dieciocho quilates desde cuatrocientos veinte euros hasta precios mucho más elevados. Somos de la opinión de que es mucho mejor un diamante pequeño pero excelente, que uno de mayor tamaño pero de peor calidad, y nuestras piezas son todas excelentes en cuanto a nivel de calidad. En Estados Unidos se dice que un anillo de pedida debe costar la suma de tres salarios del novio (Irantzu sonríe divertida), así que debemos tener precios para todos los presupuestos, pero siempre con un criterio de calidad excepcional.

Aparte de vender marcas tan conocidas como Damiani o Gucci, ¿también creáis vuestros propios diseños?

Trabajamos de las dos formas sí, solemos comprar partidas de diamantes y los montamos con diferentes diseños sobre materiales de primer nivel como el oro de dieciocho quilates, el platino o el paladio. Tenemos diferentes modelos de montura con diamantes de diferentes dimensiones y tallas pero con una calidad siempre excelente.

El diamante es el mineral más duro que existe, ¿no es así?

Efectivamente, y para mí es el más bello sin duda. Su dureza permite que el engaste esté muy tensionado para crear auténticas obras de arte, puedes conferir a la montura toda la fuerza que desees que el diamante no se altera. Y también está la magia de sus diferentes tallados: los diamantes talla brillante son los más demandados pera también pueden ser talla oval, corazón, esmeralda… es todo un mundo.

¿En qué otro aspecto destacaríais que ha cambiado el sector de la joyería?

Otro cambio importante ha sido la incorporación de una amplísima gama de piedras de color a las joyas. La firma Italiana Pomellato, fundada en 1967 en Milán, fue una marca visionaria a la hora de cambiar las tendencias de la joyería. Esta firma fue la precursora en el concepto de las joyas Prêt-à-porter; ha introducido todo un abanico de gemas de colores tan maravillosos como asombrosos para que las mujeres las luzcan en el día a día de una forma muy fácil y natural. Son piedras que hasta entonces no se trabajaban, como puede ser una amatista pura sin beta central de color uniforme y no translúcida, que es una auténtica belleza y que puede aportar un plus maravilloso a un look de sport.

Uno de los diseños estrella de Pomellato es su famoso anillo “nudo”, ¿a qué se debe ese nombre, Álvaro?

Efectivamente, nudo en italiano significa “desnudo”, y ese nombre se debe a que esta firma quería conseguir un diseño donde la piedra quedase como suspendida en el aire, que no se note que está engarzada. En este diseño la gema es la gran protagonista con sus formas suaves y redondeadas que simbolizan la feminidad. Son piezas dulces, suaves, bellísimas… y todas ellas van firmadas y numeradas.

Tenéis muchas casas italianas, ¿piensas que Italia es la cuna del diseño?

También tenemos firmas francesas maravillosas como Messika , se trata de una casa parisina que son diamantistas por tradición familiar, y ahora tienen una nueva generación de diseñadores jóvenes con ideas nuevas y espectaculares como los pendientes asimétricos: todo un toque de distinción y glamour. Pero sí es cierto que Italia exporta el treinta por ciento de la joyería mundial y son buenos en todo lo relativo al diseño: textil, calzado, joyas, decoración… Los italianos tienen una creatividad desbordante. Firmas como Roberto Coin , un diseñador italiano de primera línea en joyería es otro ejemplo, con sus piezas sofisticadas a la vez que elegantes.

El sentimentalismo de una joya es muy importante…

Hay joyas heredadas que para ti pueden ser las más bonitas del mundo, por todo lo que llevan asociadas, aunque su valor material no sea muy elevado. Por ello también nos dedicamos con verdadero esmero a restaurar joyas antiguas de nuestros clientes; podemos desde limpiarlas o restaurarlas hasta transformarlas si así lo desea su propietario. Depende de la joya, podemos darle una nueva utilidad o conferirle un diseño más actual, aunque hay joyas que es un auténtico sacrilegio modificarlas por la belleza que encierran tal y como son.

Otro mundo que ha cambiado por completo es el de las alianzas… ¡¡La cantidad de diseños que tenéis!!

Ha cambiado de una forma impresionante, hace quince años el sector de las alianzas se ceñía a dos modelos como mucho: más ancha o más delgada y se hacían en los talleres de las propias joyerías con el método de fabricación más tradicional. Ahora existen infinidad de firmas que ofrecen todo un universo de posibilidades en cuanto a diseños, cortes, acabados, materiales, combinaciones…, de oro, platino, paladio, con brillantes, combinando diferentes aleaciones en un mismo diseño bicolor… Hace trece años fuimos pioneros en ofrecer una gama tan extensa de posibilidades, y la verdad es que también es un mundo que nos gusta mucho.

El oro puede ser amarillo, blanco o rosa…

Es curioso cómo las modas vuelven; los anillos de nuestras abuelas eran de oro rosa ya que el oro amarillo tal y como ahora lo conocemos se puso de moda a finales de los años setenta. El oro rosa es más suave, no contrasta tanto con la piel, impone su dulzura frente al brillo del oro amarillo o el frío del oro blanco. Nosotros trabajamos muy bien todas las tonalidades del oro y son perfectamente combinables siempre que se haga con gusto.

¿Cuál es tu piedra favorita Irantzu? Tal como hemos hablado sé qué me vas a contestar: el diamante.

Sin duda (risas).

¿Y si tienes que escoger otra?

A mí todo lo bonito me gusta; puede sonar a tópico pero es verdad, cada piedra tiene un matiz, un misterio, un “aquel”, tiene su belleza y tiene su leyenda….Si voy de azul puedo decantarme por un zafiro pero también por un lapislázuli, una aguamarina o una tanzanita preciosa, y si voy de rojo puedo llevar un rubí, pero también unos corales o unas perlas que dan un aporte de luz.

Hablando de perlas, ¿crees que las perlas son siempre favorecedoras?

No lo creo, a mí me encantan las perlas pero tengo un tono de piel rosado y no me favorecen mucho.

Álvaro añade que depende mucho del estilo de la perla; hay perlas con diseños modernos y collares con perlas de color que no tienen nada que ver con la clásica perla de toda la vida y que te pueden quedar espectaculares en ciertas ocasiones. Las perlas son todo un mundo…

O sea que las perlas darían para otra entrevista, ¿no Álvaro?

Más bien para dos (Risas).

Tenéis dos hijas, ¿verdad? ¿Están siguiendo vuestro camino?

La mayor ya ha terminado la carrera y trabaja en Madrid pero en un sector que no tiene nada que ver con este, está muy contenta. La pequeña está estudiando Ingeniería y nunca se sabe, tiene mucho gusto, al igual que la mayor, y siempre que puede nos acompaña a las ferias. Joyería Irantzu es un proyecto de vida donde toda la familia participamos mucho en la toma de decisiones; nuestras hijas nos aportan una visión muy importante al ser de otra generación, ambas ponen su granito de arena… ¡¡más bien granazo!!

Y también cuentas con la gran ayuda de Álvaro, tu marido, no Irantzu?

Antes Álvaro trabajaba en otro sector y me acompañaba a las ferias siempre que podía: él tiene esa visión que hace falta para un negocio como el nuestro así que le animé a que se centrara en la joyería junto a mí y , sin duda, ha sido la mejor decisión que hemos podido tomar.

Durante toda la entrevista he notado como Irantzu y Álvaro se compenetran de maravilla; me comentan que, aunque son muy diferentes, coinciden muchísimo en gustos y forman un buen equipo. La verdad es que ha sido una entrevista de la más interesante, la cantidad de cosas que se pueden aprender de un sector tan fascinante como este…

¡¡Ha sido un auténtico placer!!… si tuviese que decir qué joya me ha gustado más, no sabría cuál elegir entre todas las maravillas que nos hemos probado mientras charlábamos.

¡Hasta la siguiente publicación! ¡Estad atentos!

¡Nos vemos!

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