CLÍNICA BENEGAS

Clínica Benegas
   Calle Resurrección María de Azkue, 32 Bajo. Donostia – San Sebastián
  943 421 009
  clinicabenegas@clinicabenegas.com
  www.clinicabenegas.com

El apellido Benegas asociado a la podología se remonta ni más ni menos que hasta 1879,  cuando Tolosa era la capital de Gipuzkoa y Fermín Benegas, tatarabuelo de nuestros protagonistas, abrió la primera consulta en la calle Elcano, justo donde paraba la diligencia que transportaba viajeros desde la antigua capital hasta la “Bella Easo”.

Son ya cinco las generaciones que han heredado su dedicación profesional al mundo del pie, esa parte del cuerpo que consta de ¡28 huesos!… ¿caben todos? Desde luego que caben, y lograr que cada uno esté en su sitio y en perfecto estado es el cometido de Rafael y Xabier Benegas, propietarios de la Clínica Benegas ubicada en c/ Resurreción María Azkue, 32.

Clínica Benegas constituye uno de los grandes referentes de España en lo relativo al tratamiento médico integral de pie, y es uno de los centros más importantes de Europa. Se trata de la clínica más avanzada, tanto en cirugías como en biomecánica y podología, integrando los tratamientos más vanguardistas del pie en un único centro. Hoy los hermanos Benegas nos abren sus puertas para conocer su historia… su imparable trayectoria… y todo lo que pueden ofrecer a los miles de pacientes que llevan años confiando en ellos.

Entrevista: Gemma Garbizu
Fotografía: Marian Etxebeste
Grabación de vídeo: Urko Bilbao
Coordinación: Laura Manjarrés
Edición y postproducción: Filtro Creativo

MAKING OF

Ya que eres el mayor, Rafael, quiero empezar por ti… me imagino que en la época de tu tatarabuelo, los tratamientos del pie distaban años luz de los de ahora…

En aquella época no existía ni mucho menos la profesión como se conoce actualmente. La consulta de mi tatarabuelo Fermín era una consulta de “callista” (les llamaban cirujanos callistas) y también cortaba el pelo. Mi bisabuelo, que también se llamaba Fermín, siguió con el negocio, combinando ambos servicios…

Pero tu padre, que por cierto también se llama Fermín, ya se dedicó exclusivamente a los pies…

Sí, mi padre tenía la consulta con su hermano Javier, estaba en la calle Elcano y tuvieron muchísima fama: como anécdota te diré que en verano acudía la mujer de Franco cuando venían a San Sebastián, ¡imagínate la movida! Mi padre y mi tío trataban el pie de una forma mucho menos extensa que ahora: quitaban callos, trataban verrugas, hacían algunas plantillas…pero no mucho más. Eran practicantes, posteriormente para esta profesión ya se requirió ser enfermero.

Cuántos Fermines tenéis en la familia… ¿con vosotros se acabó la tradición?

Qué va, mi hermano mayor, que no se dedica a esta profesión, también se llama Fermín, y su hijo mayor… ¡adivina cómo se llama!

Dime Rafael, ¿cuántos años llevas dedicado a esta profesión?

¡Ni sé ya! (Rafa, como le llaman sus amigos, sonríe) Yo estudié medicina y en mi época no existía en España la carrera de podólogo tal y como existe ahora. Por medio de un médico traumatólogo amigo de mi padre me enteré de que en Estados Unidos, concretamente en Atlanta, se podía estudiar la carrera de podiatría (allí se denomina así la carrera) en uno de los centros más prestigiosos del mundo. La calidad de la enseñanza era bestial, yo tengo amigos que estudiaron conmigo y son profesionales magistrales.

Me imagino que vivisteis este mundo desde pequeños, lo que se hablaría de pies en vuestra casa…

Hombre, hablábamos de muchas otras cosas (risas) pero es verdad que siempre hemos vivido ese ambiente. Por eso, después de estudiar medicina, la idea de ir a estados Unidos a cursar podiatría me resultó muy atractiva y no lo dudé.

Tras estudiar la carrera en Atlanta, te becaron y te pagaron la estancia para seguir formándote, ¿en qué consistió?

Me concedieron un Fellowship, que en el ámbito académico de la medicina estadounidense es un periodo de formación donde se lleva a cabo el estudio y la práctica de la especialidad. No es fácil de conseguir y tuve la suerte de que me eligieron, estuve interno en un hospital de Atlanta, uno de los mejores en patologías del pie. Trabajaba un montón de horas, vivía en una habitación del propio hospital, pero aprendí muchísimo.

¿Y cuándo viniste a trabajar aquí?

Vine en 1992, comencé trabajando en Barcelona en algunas clínicas y, al tiempo, empecé a compaginar mi trabajo en Barcelona con un par de días por semana pasando consulta en San Sebastián. Estaba en la Calle Garibay en un piso.

Y tú Xabier, ¿también estudiaste medicina?

No, yo hice la primera promoción que hubo en España de podología, estudié en Barcelona. Como hasta ese momento no existía aquí esa carrera, estuve a punto de estudiar Ingeniería que también me atraía mucho, incluso llegué a matricularme porque no daban luz verde a la carrera de Podología. Pero justo ese año comenzó a impartirse y renuncié a Ingeniería, a pesar de que había pagado la matrícula. Después de realizar los estudios de podología, completé mi carrera con un master de biomecánica y cirugía avanzada.

Y también trabajaste en Barcelona antes de venir aquí…

Efectivamente, coincidí en Barcelona con mi hermano que estaba trabajando con el podólogo Evaristo Rodríguez Valverde. Yo había finalizado mi carrera compaginando mis estudios con mis prácticas con otro podólogo muy reconocido, pero al acabar la carrera entré en la clínica donde estaba mi hermano.

En San Sebastián, en la primera consulta de Garibay, ¿también estabas tú Xabier?

Sí, trabajábamos en Barcelona y todos los jueves nos veníamos aquí un par de días, a pasar consulta hasta el sábado por la tarde. Yo llevaba todo lo relativo a la biomecánica y desarrollo de soportes plantares y mi hermano llevaba el tema de cirugías, pero en esa etapa las operaciones las realizaba en la Policlínica, ya que no teníamos quirófano.

Rafael Benegas sale del quirófano tras realizar su primera intervención de la mañana.

Posteriormente os trasladasteis al Boulevard…

Sí, en frente de la Bretxa, allí ya teníamos un centro más grande y contábamos con quirófano donde mi hermano Rafael operaba. También este centro se especializó más en el área de biomecánica, ya que tras mis estudios en España me he estado formando en Estados Unidos siguiendo sus protocolos.

Y antes de veniros aquí, al Antiguo, también estuvisteis en la Calle Elcano…

Justo al lado de donde mi padre y mi tío tenían la consulta. Era muy grande, pero teníamos mucho volumen de trabajo y era muy complicado aparcar. Para pacientes que salían vendados o escayolados era un emplazamiento incómodo, por eso decidimos trasladarnos al lugar actual.

Dime Rafael, ¿por qué crees que os habéis convertido en una de los grandes referentes en el tratamiento integral del pie?

La verdad es que hay pocos centros que ofrezcan un servicio tan completo como el nuestro en lo referente a todas las patologías del pie. Contamos con un equipo de doce profesionales especializados en los diferentes campos necesarios para su tratamiento: podólogos, traumatólogos, anestesistas, fisioterapeutas, ATS, y realizamos desde las intervenciones más sencillas hasta las cirugías más complicadas, contando con lo último tanto en equipos para el análisis biomecánico como para la intervención quirúrgica.

Un ejemplo del resultado de una intervención quirúrgica en la Clínica Benegas: antes y después.

Tengo entendido que tenéis una técnica quirúrgica única en España…

Sí. Para intervenir patologías de pies planos en niños, en Clínica Benegas aplicamos una técnica en la que utilizamos banco de hueso en lugar de extraer hueso de otros sitios del cuerpo; da unos resultados extraordinarios. De hecho, hemos operado a un niño con un caso que se consideraba inoperable. Le hemos intervenido y se está recuperando de forma magnífica, muy pronto podrá hacer una vida completamente normal cuando antes estaba prácticamente quieto, sentado y no podía practicar ningún deporte. Esta técnica se puede realizar en niños porque su pie es flexible, pero la intervención de pies planos o cavos en adultos es mucho más difícil.

O sea que este tipo de cirugía en adultos es de las más complicadas…

Sí, se trata de una cirugía muy larga y suele requerir una recuperación muy lenta. No obstante llevamos un tiempo investigando y hemos dado con una nueva técnica revolucionaria que va a suponer un antes y un después en este tipo de cirugía. Tanto es así que la recuperación que ahora se prolonga durante unos tres meses se reducirá a unos veinte días.

¿Qué otros factores han supuesto un antes y un después?

Uno de ellos es la anestesia, ahora es mucho más avanzada y meticulosa pudiendo ser local. Actualmente para realizar una intervención de juanetes en la residencia te aplican anestesia epidural, nosotros por el contrario lo hacemos con sedación y anestesia local, de manera que el paciente no se entera. También han evolucionado mucho los materiales de osteosíntesis (para que los huesos queden pegados), son mucho más sensibles y el cuerpo los acepta como si fuera hueso. Y por supuesto la forma de manipular los tejidos, a mí en Estados Unidos lo primero que me inculcaron fue tratar los tejidos como “oro en paño”, abrir y cerrarlos con máximo mimo.

¿Qué casos son los que más tratas, Rafael?

Cada vez acuden más pacientes que ya han sido operados pero con malos resultados. La patología del pie es muy amplia y hay mucha gente que se ha dedicado a esta profesión. Hay muy buenos profesionales, pero también hay personas inexpertas en este tipo de cirugías complicadas, y vienen muchos pacientes operados con verdaderos problemas en el pie.

Cuéntanos algún caso concreto…

Hace un tiempo vino un niño de Jaén al que le habían operado tres veces, tenía los pies completamente torcidos, no podía andar. Le intervenimos y fue una operación muy complicada, sobre todo en uno de sus pies. Pero la intervención salió muy bien y hoy puede andar sin problema. ¡Esas cosas te alegran el día!

Xavier Benegas se dispone a tomar impresiones del pie para la posterior realización del sistema plantar. 

¿Piensas que no se ha dado al pie la importancia que merece?

Siempre se ha tratado el pie como algo más banal, los médicos trataban caderas y piernas pero al pie no se le concedía tanta importancia, pero no hay que olvidar que los pies son los que nos mantienen erguidos, los que nos permiten avanzar y caminar, y son los que nos proporcionan el equilibrio para evitar que nos caigamos.

Tú, Xabier, estás completamente volcado en el área de la biomecánica…

Tras estudiar la carrera, tuve la suerte de conocer al célebre podiatra, Howard Palamarchuk, que vino a Barcelona acompañando a la selección americana de marcha para competir en las olimpiadas. Este profesional es el que me abrió las puertas hacia el campo internacional de la especialidad, y me dio las pautas para formarme en el desarrollo de las plantillas funcionales según los protocolos estadounidenses. En esa época, ellos nos llevaban unos veinte años de adelanto en lo que a tecnologías y materiales se refiere, por eso estuve un tiempo en California visitando diferentes laboratorios. La especialidad de biomecánica está muy centrada en California y ello me ha permitido estar en contacto con los mejores especialistas del mundo.

¿La fabricación de plantillas también ha evolucionado mucho?

Muchísimo, sobre todo en los materiales utilizados. El más innovador es la fibra de carbono. La calidad de este material permite que una plantilla haga su función de forma óptima a lo largo de veinte años sin que se deteriore. Si el pie no sufre modificaciones, no hay que cambiar de plantilla. Ahora bien, es necesario hacer revisiones de vez en cuando y, si el pie sufre alguna modificación, este material permite realizar los ajustes necesarios.

Dime Xabier ¿Tenéis clientes de todas partes de España?

Sí, de todas partes y también vienen muchos pacientes de Francia, tanto a las cirugías como a mi especialidad. En mi caso, tengo un equipo de colaboradores y además de desarrollar plantillas para nuestros pacientes, también desarrollamos soportes plantares para otros centros de España en base a los diagnósticos que me mandan, y la prescripción del soporte que quieren: por eso ahora nos estamos planteando crear un laboratorio a mayor escala.

Entiendo que la biomecánica constituye un trabajo absolutamente personalizado…

¡Sin duda! La biomecánica consiste en analizar el gesto a la hora de caminar de cada persona además del funcionamiento de las articulaciones de los pies en su momento de apoyo. Nunca nos podemos limitar a analizar a una persona en posición quieta, porque en esa situación no suele haber problemas y no es la realidad.

Me imagino que tendréis a muchos deportistas entre vuestros clientes…

Mucho sí, y a la hora de analizar a deportistas, es muy importante el gesto deportivo porque la mecánica del pie no es la misma en un gesto deportivo de fútbol que en uno de baloncesto o de golf; hay que observar, no solo cómo andan, sino también cómo practican su deporte.

O sea que tendrás que saber la técnica de muchos deportes para poder tener el mejor diagnóstico…

Si viene un jugador de fútbol debo saber si es zurdo o diestro, si es defensa, central o portero. Y si viene un jugador de golf es importante conocer cómo es la técnica del swing; de hecho mi hermano y yo empezamos a jugar al golf por Txema Olazábal que ha sido paciente nuestro. Un deporte muy común ahora es el running: para analizar el movimiento de las personas que lo practican tenemos por ejemplo una cinta de marchas.

Y seguro que también habéis tratado a otras personas famosas ¿no Rafael?

Bastantes… hace años vino el bailarín Joaquín Cortés a actuar en un concierto y de tanto “zapateo” tenía un dolor insoportable en los pies que le impedía actuar. Así que nos llamaron y fui al hotel donde se alojaba, le infiltré y pudo actuar. También le hicimos unas plantillas especiales para su calzado.

Y también tú, Xabier, tendrás casos complicados…

También claro, tenemos pacientes que han sufrido importantes amputaciones de parte del pie y en ese caso además del soporte plantar, realizamos prótesis para hacer la función de la parte que falta. También, en otra dimensión, podemos tener mujeres que necesitan llevar tacones altos por su trabajo pero su patología de pie hace complicado el desarrollo de una plantilla para este tipo de calzado, aunque se logra.

Dime Rafael, ¿ahora hay más conciencia de que se deben cuidar los pies?

Sí, cada vez se les da más importancia. La personas que tienen problemas de pie puede que no tengan dolor en esta zona, pero su problema puede generar dolores en otras partes del organismo como las lumbares, cadera… Hay madres que vienen a la clínica porque se dan cuenta de que sus hijos desgastan más un lado de la zapatilla que el otro, y eso es debido a que su pie se cae, debe tratarse.

Xabier añade que los pies perfectos, esos que nos enseñan en los libros no existen, pero muchas veces el cuerpo se adapta a esa imperfección y no requiere tratamiento al no tener sintomatología. Pero con los niños que tienen los huesos más flexibles, se recomienda estar vigilantes y, en caso de que tenga alguna anomalía, es aconsejable ponerles un tratamiento para ayudar a su correcto desarrollo.

Seguro que el calzado malo es el mayor enemigo del pie…

El calzado en general ha mejorado mucho, pero sí es verdad que un mal calzado te puede fastidiar el pie. Tenemos muchos pacientes que vienen tras el verano, porque en dicha estación se calza mucho peor: se anda mucho en chancletas, con zapatos de la temporada anterior que igual están acartonados, se tiende a llevar un calzado totalmente plano que no es aconsejable…

¿Es bueno usar constantemente las zapatillas deportivas?

Antes muchas zapatillas eran de plástico y creaban problemas de sudores, verrugas, humedades… ahora han evolucionado de forma sustancial y mucho calzado de ese tipo se usa también para vestir de calle. Esto no es malo siempre que sean zapatillas de calidad, ya que una buena zapatilla está diseñada para el pie en su máximo estrés.

Por eso resultan muy cómodas…

Sí, pero sobre todo deben resultar funcionales, ¡ojo! con el concepto de la comodidad en el zapato. Hay que tener cuidado con los zapatos excesivamente cómodos por ser blandos: ¡el zapato debe sujetar al pie y nunca al revés! A muchos pacientes les hago traer su repertorio de calzado y les suelo aconsejar lo que les conviene y lo que no, trato de hacer limpia (risas): “hay que comprar los zapatos con los pies, no con los ojos”. Y no a todos mis pacientes los tengo que tratar con plantillas, puede bastar con darles pautas para llevar el calzado correcto.

¿Qué opináis de los tacones?, ¿Son nefastos para el pie?

En cuanto a los tacones, esos tacones de aguja de vértigo son totalmente desaconsejables, el tacón crea sobrecarga en la parte delantera del pie y si es de aguja te crea una inestabilidad a nivel lumbar que puede pasarte factura. Si es un tacón con cierta base no hay problema siempre que no se abuse.

¿Por eso muchas señoras que han usado tacones toda la vida no pueden usar zapato plano?

Exacto, porque han usado tacones toda la vida y al sobrecargar continuamente la parte delantera del pie, la musculatura de la parte trasera se acorta; el llamado “Talón de Aquiles”. Ello les obliga a tener que andar siempre con tacones, ya no andan bien con zapato plano.

Me imagino que miráis mucho para abajo cuando vais por la calle…

Es inevitable (risas), ¡deformación profesional! De hecho es en la calle donde las personas caminan de forma natural. En la clínica están más forzados al saber que les estamos analizando, por eso tenemos pasillos muy largos para que el paciente se olvide de que le observamos y camine de forma natural para un correcto análisis.

Dime Rafael, ¿Las patologías del pie tienen también un componente genético?

Por supuesto, hay personas en África que no se han puesto un zapato en su vida y tienen los pies fatal por cuestiones genéticas. Casos como juanetes, pies planos… suelen ser hereditarios, sino es en primera generación suele serlo en la segunda.

Una última curiosidad… ¿Vuestras operaciones son siempre ambulantes?

Sí, siempre. El mismo día los pacientes se van a casa, aunque la recuperación puede tardar más o menos dependiendo del tipo de intervención.

Los hermanos Benegas pasan muchísimas horas de su vida dedicados en “pie y alma” a su trabajo, pero también les gusta disfrutar de su tiempo libre. Rafael suele ir todos los días al gimnasio y le encanta la pesca, salir con su barquito en verano a pescar lo que se tercie… A Xabier le encanta la gastronomía y cocinar, sigue jugando a Hockey sobre hielo, y tiene un hobby muy curioso: hacer maquetas…es muy bueno para ejercitar su habilidad manual.

Y es que hablando de fuerzas… Rafael y Xabier deben tener mucha fuerza en los dedos de la mano, su instrumento indispensable para que sus pacientes recuperen la fuerza de un pie sano.

¡Ha sido un auténtico placer conoceros!… y saber todo lo que podéis aportar a las personas con problemas en sus pies.

¡Hasta la siguiente publicación! ¡Estad atentos!

¡Nos vemos!

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