25 Jun QUIROPRÁCTICO JUAN ALONSO
“El médico del futuro no dará medicinas, sino que instruirá a sus pacientes en el cuidado del cuerpo humano, en la dieta y en la causa y prevención de la enfermedad”. Esta frase de Thomas Edison, escrita hace más de cien años, figura en la tarjeta de visita del Centro Quiropráctico Juan Alonso… ¿Por qué será?
Precisamente la pasión por el cuerpo humano llevó a Juan Alonso a estudiar educación física, pero no tardaría en darse cuenta de que esta especialidad no era realmente lo suyo. Lo que le enamoró de verdad fue la filosofía de la quiropráctica que se cruzaría en su vida años más tarde, cuando aterrizó en un pueblo de Oregón donde el ratio de quiroprácticos por habitante era algo realmente inusual ¿Sería el destino?
Destino o casualidad, en ese pequeño municipio llamado Ashland es donde Juan encontró su punto de partida para dar un giro total a su trayectoria. Actualmente, lleva más de veinte años dedicándose a lo que verdaderamente le motiva: trabajar la columna vertebral de sus pacientes para asegurar el correcto funcionamiento del sistema nervioso, algo esencial para garantizar la salud de nuestro organismo.
Quiropráctico Juan Alonso
C/ Valentín Olano 1, Donostia-San Sebastián
943 42 27 27
www.alonsoquiropractica.com
Entrevista: Gemma Garbizu
Fotografía: Marian Etxebeste
Vídeo: Jon Goda
Coordinación: Laura Manjarrés
Edición y postproducción: Filtro Creativo
Hola, Juan. ¿Siempre te has sentido atraído por una forma de vida saludable?
Siempre he sido una persona muy activa, con mucha inquietud por el cuidado del cuerpo, el ejercicio físico, la naturaleza… Tras realizar la carrera de educación física trabajé cuatro años como profesor y entrenador, pero no me sentía totalmente completo a nivel profesional; sentía que me faltaban muchas cosas por aprender.
Estuviste interesado en realizar un master de alto rendimiento en Estados Unidos…
Un amigo mío lo había realizado y le pregunté si me lo recomendaba. La verdad es que no le vi contento con su experiencia, pero me dio un consejo: “¿por qué no estudias para ser quiropráctico?” Estamos hablando del año 96, y por aquella época esta profesión estaba muy extendida en Estados Unidos mientras que aquí apenas se conocía. Él pensaba que sería una buena salida profesional.
Acompañado de la que ahora es tu mujer, Asun Muñoz, fuisteis un tiempo a vivir a un pueblo del sur de Oregón…
Fui a Ashland con la idea de aprender inglés y reflexionar sobre el giro que quería dar a mi profesión. Allí me inscribí en la universidad para hacer un curso intensivo de inglés, y el primer día que fui a clase en bicicleta pasé por quince centros de quiropráctica; me pareció asombroso que en un pueblo tan pequeño hubiera tal concentración de profesionales dedicados a esta profesión. Se me encendieron todas las alarmas, y al llegar a casa le pregunté sobre ello a la madre de la familia americana que nos acogía en su casa.
Asun Muñoz, la mujer de Juan Alonso, es la gerente del centro quiropráctico. Estudió el programa de Técnico en Quiropráctica en Palmer, Iowa, la misma universidad en la que Juan estudió el programa de Doctor en Quiropráctica.
Y ese día conociste a un quiropráctico de primera mano…
Justamente esa tarde, esta mujer tenía que ir al quiropráctico, y me invitó a acompañarla. Ella era una gran defensora de esta profesión porque le había ayudado mucho. El quiropráctico era un señor muy simpático, y dejó que observara cómo trabajaba con sus pacientes. La experiencia me gustó muchísimo, y me regaló un libro llamado “la Quiropráctica, primero”. Nada más leer este gran best seller, me enamoré de esta profesión; tenía claro que quería estudiar este campo.
Tengo entendido que en Estados Unidos está muy extendida esta profesión sanitaria.
Así es, pero tantos centros quiroprácticos en una población tan pequeña no es lo habitual, aunque hay estados como Oregón, Florida y California donde la quiropráctica está especialmente extendida.
Tú concretamente estudiaste en Iowa, ¿no?
Efectivamente, pero eso fue después. En un inicio estudie en Inglaterra, ya que en Estados Unidos me pedían unos requisitos para poder entrar y en aquel momento no los tenía. Estuve un año en Bournemouth estudiando primero de quiropráctica, pero en una ocasión que regresé a casa mi madre me comentó que un quiropráctico de Azpeitia había abierto una consulta en San Sebastián y fui a verlo. Este profesional me recomendó que siguiera insistiendo para estudiar en Estados Unidos; sin duda era el lugar idóneo, así que me puse de nuevo manos a la obra.
A través del presidente de la asociación española de quiropráctica en ese momento, contacté con la universidad americana de Palmer, en Iowa, la escuela donde nació esta profesión, y conseguí una beca presidencial para cursar allí los estudios.
Me imagino que su metodología era diferente a la de Inglaterra.
En la universidad de Palmer son grandes defensores de la capacidad innata del cuerpo humano para sanarse por sí mismo. La filosofía pura de la quiropráctica se basa en ello; “esta es una de las principales premisas de nuestra profesión”.
Si se conoce la historia de nuestra profesión, se han dado diferentes puntos de vista a la hora de trabajar. Hay corrientes que dan mucha importancia a los diagnósticos médicos, y otras que conceden más importancia a la filosofía de autosanación del cuerpo humano. Con nuestra labor, tratamos de que se den las bases para que el cuerpo esté capacitado para sanarse. No se trata de ponerse ninguna medalla curando nada, se trata de ayudar a que el cuerpo lo haga por sí mismo.
La quiropráctica es una profesión sanitaria reconocida desde hace muchísimos años por la OMS ¿A qué se debe que aún no esté regulada en España?
Llevamos reclamándolo desde el año 86, pero los sucesivos cambios de gobierno han hecho que esta decisión siempre se ponga a la cola de las prioridades. En otros países europeos como Suiza, Finlandia, Dinamarca, Suecia, Noruega, Francia, Italia o Portugal la profesión se encuentra plenamente regulada e incluso integrada en sus sistemas nacionales de salud.
Has mencionado que Asun, tu mujer, ha sido una parte esencial en tu carrera profesional.
Sin duda a ella le debo en gran parte lo que soy. Fuimos a Oregón a estudiar inglés porque ella ya había estado allí antes con la familia americana que nos acogió. Y Asun fue la que me apoyó en mi decisión de dar un giro a mi trayectoria profesional y estudiar para ser quiropráctico.
Cuando finalizas los estudios, regresáis a San Sebastián para comenzar un nuevo camino.
Asun vino un poco antes para organizar la que fue nuestra primera consulta en la Calle Aldamar. Recuerdo que el primer día tuve cuatro pacientes; por aquellos años la quiropráctica era bastante desconocida, y fue todo un reto. En un principio debía explicar a cada paciente que venía a la consulta en qué consistía la quiropráctica, y terminó siendo bastante agotador. Por ello me animé a realizar charlas informativas en grupo, tanto en nuestro centro como en las casas de cultura de diferentes pueblos de Gipuzkoa. Podía haber charlas con cinco personas y otras con 150, pero la ilusión era la misma.
Habiendo tenido tantos ponentes de renombre en la universidad de Palmer, me imagino que tendrás grandes referentes en tu profesión.
He conocido a personas excepcionales, pero a nadie como James Sigafoose. Este grandísimo quiropráctico de Carolina del Sur fue mi mentor durante muchos años. Lamentablemente ya no está con nosotros, pero él fue sin duda el que más me ha ayudado en mi crecimiento profesional y personal. Le había escuchado en varias ponencias en la universidad, y tuve la inmensa suerte de coincidir con él en una misión quiropráctica en Tobago; entablamos una estrecha amistad. Estuvo en varias ocasiones visitándonos en San Sebastián, y me dio consejos realmente valiosos.
Si tuvieses que resumirlo en unas líneas, ¿cómo definirías la Quiropráctica?
Es una profesión sanitaria que se ocupa de la salud a través del cuidado de la columna vertebral. Esta parte esencial del organismo consta de 24 huesos articulados entre sí, y su función principal es la de proteger el sistema nervioso. Dicho sistema es el “gran director de orquesta” en el cuerpo humano. Se encarga de controlar, dirigir y coordinar todas las funciones conscientes como el movimiento, e inconscientes como la digestión, regeneración celular, reparación de tejidos…
La quiropráctica es una rama sanitaria que tiene mucho que ver con la prevención, ¿no es así?
Sin duda, la quiropráctica no trata enfermedades, no hay que esperar a que te duela algo para acudir a un quiropráctico. De hecho el parto ya puede ser el primer proceso traumático que puede desequilibrar el sistema nervioso. Por ello recomendamos a los padres que vengan a realizar chequeos a los recién nacidos.
Para haceros una idea, más del 85% de los recién nacidos que evaluamos necesitan de pequeñas correcciones en la zona superior cervical. En mi experiencia, los niños y niñas que reciben quiropráctica regularmente crecen más sanos.
O sea que la quiropráctica no se ciñe a tratar síntomas…
En absoluto. Muchas correcciones que hacemos son a personas que acuden sin ningún síntoma permitiéndoles expresar su máximo potencial de salud. El síntoma es muchas veces la punta del iceberg que nos avisa de un mal funcionamiento que puede haber estado mucho tiempo en silencio. Por ello es tan importante el carácter preventivo de la Quiropráctica.
¿Cuál es el primer paso a realizar con un paciente?
Debemos analizar el estado del sistema nervioso y hacer las correcciones necesarias en la columna vertebral para mejorar su funcionamiento. El sistema nervioso es el encargado de poder adaptarnos a las diferentes situaciones de estrés, y si no está funcionando correctamente ello puede derivar en serios problemas de salud.
Las desalineaciones en la columna vertebral, llamadas subluxaciones, provocan interferencias en la médula espinal o en los nervios espinales adyacentes, que son las zonas controladas por dicho sistema nervioso. Hay que detectarlas y corregirlas para restaurar el flujo nervioso y restablecer el correcto funcionamiento del organismo ¡Y para ello existen ni más ni menos que unas trescientas técnicas diferentes!
¿A quién se dirige la Quiropráctica?
A todas aquellas personas y familias que quieran tener un cuidado natural de su salud. En nuestro centro tenemos desde recién nacidos hasta personas de la tercera edad independientemente de su condición física o psíquica.
Al centro acuden personas con diferentes circunstancias; desde personas con dolores debido a problemas musculoesqueléticos, hasta personas que entienden el valor de un sistema nervioso funcionando correctamente para prevenir problemas de salud. Los quiroprácticos no diagnosticamos ni tratamos enfermedades, pero sí conseguimos despertar en la persona esa capacidad inherente autocurativa que tenemos.
Serán muy diversos los casos en los que ha ayudado…
¡Todo un mundo! Hay muchas subluxaciones que producen sintomatología y patologías varias. Desde problemas músculo-esqueléticos como lumbalgias, ciáticas, hernias discales, migrañas, vértigos, escoliosis, malestar por embarazo… Pero no debemos olvidar que el sistema nervioso también controla otras funciones orgánicas, y su desequilibrio puede generar problemas muy diversos como el asma, psoriasis, problemas digestivos, cáncer, cólicos en bebés, tensión arterial… y sin olvidar los problemas emocionales: ansiedad, depresión, stress, hiperactividad, atención deficitaria… También hemos visto muchos casos de mujeres que tienen problemas para quedarse embarazadas, y los resultados obtenidos son muy satisfactorios.
También has realizado varias misiones como quiropráctico en países como El Salvador, Panamá, Honduras o Tobago; ¡habrá sido enriquecedor!
Son experiencias que curten mucho. Creo firmemente que la quiropráctica puede contribuir a lograr un mundo más sano, y si he podido ayudar con mi pequeño granito de arena en países donde de otro modo la quiropráctica nunca llegaría, estoy encantado de haberlo hecho. Recuerdo que en Panamá lo anunciaban por la televisión y acudían miles de personas al estadio de futbol donde realizábamos nuestro servicio. Era un trabajo frenético pero gratificante.
Hablamos con Asun Muñoz, que trabajo con Juan Alonso como asistente de quiropráctica.
Hola Asun, antes de que Juan estudiase quiropráctica, esta rama sanitaria ya te era familiar.
Efectivamente, yo fui por primera vez al quiropráctico estando en Ashland, Oregón; he tenido dolores de espalda debido a una escoliosis y la quiropráctica me ayudó mucho. Los traumatólogos me dijeron que tendría problemas de espalda durante el embarazo y nada más lejos de la realidad.
En la salud también influye mucho el estilo de vida que llevamos. Vosotros lo tenéis muy presente.
Sin duda. Tanto nosotros como nuestros hijos somos muy deportistas y nos encanta la naturaleza. Por otro lado llevamos una alimentación muy saludable, y desde siempre hemos inculcado a nuestros hijos su importancia.
Me imagino que habéis creado grandes lazos afectivos con muchos de vuestros pacientes.
Así es, lo más bonito de estos veinte años de trabajo es haber creado una “gran familia quiropráctica”. Una de las cosas más entrañables es ver que un paciente nos trae a sus hijos al centro, y a los años viene con sus nietos. Muchos nos peguntan por nuestros hijos, y a este respecto te diremos que nuestros hijos se han criado sanos con la quiropráctica. No creo que sea casualidad, ya que hijos de compañeros quiroprácticos también han tenido una muy buena salud sin las enfermedades “típicas” de la infancia.
Muchísimas gracias por darnos a conocer un poco más la filosofía Quiropráctica ¡Ha sido un placer!
QUIROPRÁCTICO JUAN ALONSO
¡Hasta la siguiente publicación! ¡Estad atentos!
¡Nos vemos!
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