FARMACIA FELIPE IV

Farmacia Felipe IV
   Avenida Felipe IV, 8. Donostia-San Sebastián
  943 458 795
  farmaciaruiztapiador@farmanorte.org
  www.farmaciafelipeiv.com

En el barrio de Amara, concretamente en la Avenida de Felipe lV, hay un precioso establecimiento con unas modernas letras que componen la palabra “FARMACIA”. Es la Farmacia Felipe lV, ubicada en el número 8 de dicha avenida. A nadie puede pasarle desapercibido, se lee bien claro gracias a una atractiva y elegante composición gráfica. Sin embargo, bien podría tratarse de una boutique de diseño, ¡¡es tan…tan especial!!

Detrás de su fachada hay una bonita historia que se remonta ni más ni menos que a cinco generaciones de farmacéuticos. También está la vocación de dos mujeres, María Teresa Ruiz Tapiador y su hija, Marta Arenas, que cada día acuden a su farmacia para encontrarse con sus clientes… a muchos los conocen desde hace ya tantos años…

María Teresa ha querido que este reportaje sirva en parte como agradecimiento a su hermano, el arquitecto zaragozano Javier Ruiz Tapiador al que admira muchísimo a nivel profesional. Javier ha logrado cumplir el sueño de su hermana Tere (así le llaman su familia y sus amigos), materializando ideas e ilusiones en un espacio realmente singular. ¿Entramos?

Entrevista: Gemma Garbizu
Fotografía: Fernando Cortés
Grabación de vídeo: Urko Bilbao
Coordinación: Laura Manjarrés
Edición y postproducción: Filtro Creativo

"MAKING OF" FARMACIA FELIPE IV

Con tantos antepasados farmacéuticos, María Teresa, me imagino que no tuviste opción de escoger la carrera que querías estudiar…

Cuando era muy pequeña y la gente me preguntaba: ¿qué quieres ser de mayor? Mi padre contestaba por mí: “¡será farmacéutica!”… como para llevarle la contraria (risas). La verdad es que me gustaba ese campo de estudio y nunca me he arrepentido.

¿Pero el farmacéutico era tu padre?

No, la farmacéutica era mi madre. Su abuelo también lo fue, y su padre casi, le faltó una asignatura para terminar. Incluso mi padre que era ingeniero de montes, ingeniero geógrafo y licenciado en ciencias exactas, también llegó a animarse a estudiar la carrera de farmacia pero se quedó con una asignatura pendiente. Creo que de tanto estudiar, que era su pasión, terminó aburriéndose (sonríe).

Cuéntame María Teresa, tú eres de Zaragoza, ¿verdad?

Sí, soy de Zaragoza y estudié farmacia en Madrid. En mi época había bastantes mujeres que estudiaban esta carrera pero mi madre, que era de Oliete – un pueblo de Teruel – y estudio farmacia en Santiago, me contaba que en su época eran solo cinco mujeres frente a muchos hombres, ella fue una valiente.

Y dónde tuviste tu primera farmacia…

Cuando me casé con mi marido, Juan Ignacio Arenas, comenzamos viviendo en Madrid por motivos de su trabajo. Mi madre tenía una farmacia en Zaragoza y a mi padre le surgió la oportunidad de adquirir otra que se había puesto a la venta, quiso que la regentara un amigo suyo y yo iba periódicamente a Zaragoza a atenderla.

Tu marido, Juan Ignacio, es médico ¿no?

¡¡Sí!! (María Teresa sonríe), la verdad es que estoy rodeada de médicos y farmacéuticos, no es de extrañar que en casa hablemos más de medicina que de política.  Tengo dos hijas farmacéuticas, María que vive en Madrid y tiene allí una farmacia con óptica, y Marta, que está conmigo en la farmacia. Tengo otro hijo, Juan, que es médico como su padre, y José, mi otro hijo, es el único que se decantó por los números. José es economista y suele decirnos: “qué aburridos sois, siempre hablando de medicina, aunque lo curioso es que él también tiene un master de farmaeconomía y trabajó durante un tiempo para la industria farmacéutica.

Tras vivir en Madrid unos años y siendo tus hijos pequeños, venís a vivir a San Sebastián…

Efectivamente, hace ya más de 40 años. Y, a los pocos años de venir aquí, tuve la oportunidad de adquirir una pequeña farmacia que estaba situada donde estamos ahora mismo. No lo dudé, vendí la farmacia de Zaragoza y empecé a ejercer en San Sebastián. Los dos auxiliares que estaban en la farmacia anterior se quedaron conmigo y me ayudaron mucho, yo no conocía el barrio, a la gente…

¿Cómo era tu primera farmacia?

Era muy pequeña, estrecha y muy alargada, tenía un altillo donde estaba el almacén y allí dormía la persona que hacia la guardia. Había un único mostrador pequeño donde se atendía. Antes las farmacias se limitaban a vender medicamentos, no existía el campo de la parafarmacia. Las cremas y los cosméticos solo se vendían en las perfumerías y droguerías.

Te voy a preguntar a ti Marta… ¿por qué crees que ha cambiado el sector farmacéutico?

Los laboratorios han ido descubriendo una nueva línea de negocio muy interesante que es la nutricosmética, desarrollando una gama de productos farmacológicos que activan la belleza desde el interior. Ahora las farmacias hemos ampliado mucho nuestra oferta de productos y servicios al cliente, yendo mucho más allá de lo que antiguamente era la mera dispensación de medicamentos y la creación de fórmulas magistrales.

En un momento dado, María Teresa, surge la oportunidad de ampliar la farmacia… ¿cómo ocurrió?

Al lado de la farmacia había una perfumería y los dueños se jubilaron. Adquirimos ese local e hicimos una obra. En la nueva farmacia empezó a trabajar mi hija mayor, María, aunque posteriormente ella acabó viviendo en Madrid. A los años también entraría a trabajar Marta, que sigue conmigo y es la persona en la que he delegado toda la responsabilidad. Era una farmacia bastante bonita y agradable, con más personal y servicios dirigidos a dar la mejor atención y asesoramiento a nuestros clientes, pero yo tenía una ilusión que no podía hacer realidad…

Cuando María Teresa mira a su hija Marta, se siente muy identificada. Se reconoce a ella misma cuando compaginaba su labor profesional con su otro gran papel: el cuidado de su familia. Marta también tiene 3 niños y  siente una enorme admiración por su madre: “yo sabré más de tecnología pero la experiencia que tiene ella como asesora y consejera en la farmacia ¡¡son imposibles de igualar!! Mi madre siempre ha sido una gran emprendedora”, siempre ha querido estar a la última en tecnología y servicios para dar lo mejor de nosotros a nuestros clientes.

Cuéntame María Teresa… ¿Cuál era tu ilusión?

Yo quería robotizar la farmacia, pero no era posible. Consulté con mi hermano Javier que es arquitecto pero la estructura impedía incorporar un robot por limitaciones de altura. Habría tenido que meter un robot de una altura especial y era algo impensable. Mi hermano me dijo que me olvidara del tema, era materialmente imposible. Además por aquella época los robots eran carísimos, así que tuve que aparcar la idea.

Y tú Marta, dime… ¿también eres farmacéutica porque de pequeña, cuando te preguntaban que serías de mayor, tu madre contestaba: ¡¡farmacéutica, sin duda!!?

Madre e hija se miran y echan a reírse con ganas… María Teresa nos dice: ¡¡casi casi!! Pero Marta, con mucha gracia, contesta: “para nada, yo tuve plena libertad para elegir mi carrera pero, desde pequeña, me encantaba ir a la farmacia, recuerdo que los auxiliares me daban aceitunas, me llevaba genial con ellos.

Son esos recuerdos de niñez los que suelen quedar grabados por siempre…. Marta también nos cuenta que, siendo niña, le gustaba mucho jugar a las tienditas… de hecho, lo que más le gusta de su trabajo es el trato con la gente.

Para hablarnos del proyecto que desarrollaste para tu hermana, nadie mejor que tú, Javier…háblanos de él, ¿en qué consistió?

Los objetivos que querían conseguir con esta nueva farmacia eran varios: querían mejorar el nivel de servicio incorporando nuevas tecnologías, como por ejemplo, la robotización del sistema de almacenaje. También querían incorporar un nuevo espacio para el análisis dermatológico y unas instalaciones más amplias y modernas para poder incluir nuevas áreas atendidas por diferentes profesionales que colaboran con ellos. El objetivo era lograr un espacio con una atmósfera donde el cliente tuviera más intimidad, se sintiera más cómodo y tuviera una atención más personal.

María Teresa con su hija, Marta, y su hermano, Javier, el arquitecto del proyecto de renovación de la farmacia.

Tuvo que ser un proyecto un tanto complicado…

La verdad es que sí, María Teresa y Marta querían que la farmacia fuera un espacio más diáfano, tranquilo y relajado ya que, a diferencia de otra tipología de comercio, a la farmacia vienen personas con problemas de salud, en muchos casos enfermos, molestos o estresados y vienen en busca de remedios en un ambiente tranquilo, que les dé confianza. Pero precisamente, por esa vocación de servicio que tienen, nos encontramos con una gran limitación de tiempo. Ellas querían tener la farmacia cerrada al público el menor tiempo posible, de hecho solo la cerraron completamente durante dos periodos de quince días. Y otra dificultad es que la obra de la farmacia coincidió con la remodelación general de toda la fachada del edificio, estando con los andamios pertinentes.

Me imagino que dar una homogeneidad arquitectónica a tres locales que eran tan diferentes no habrá sido nada fácil…

El local había sufrido tres reformas diferentes, acumulando superposiciones de subestructuras y materiales. Los espacios presentaban muchos condicionantes, tenían geometrías muy distintas que no se podían modificar completamente.

Habrá sido difícil pero desde luego, el resultado es maravilloso… ¡¡es una farmacia preciosa!!

Muchas gracias, la verdad es que estamos muy contentos con el resultado. Tanto mi socia Victoria Arbeloa como yo,  y el estudio Hirusta que nos han ayudado con la ejecución de obra, hemos tratado de crear un espacio de farmacia y parafarmacia lo más agradable posible. En una farmacia los productos tienen diversidad de formatos, colores, materiales. A ellos se añaden los expositores y la gran cantidad de información que debe haber para el conocimiento de los clientes. Todos estos elementos suponen una dificultad añadida a la hora de conseguir un entorno equilibrado.

Una de las cosas que más me gustan de esta farmacia, aparte del propio espacio, es cómo están dispuestos los productos, respiran mucho…

Ese ha sido uno de nuestros principales objetivos: dar con una composición estructural que favorezca una cuidada disposición de los productos de forma que no se solapen unos con otros. Para tal fin hemos creado una configuración de estructuras que van hasta los diferentes estantes, remarcando la clasificación de los productos por especialidades de una forma un tanto singular. También hemos cuidado mucho el tema de la luz, jugando con ella para iluminar los productos de manera equilibrada pero sin dejar ver su procedencia.

Otro detalle que ofrece más intimidad a los clientes son los mostradores individuales…

Exacto, hemos optado por mostradores individuales con mesas que ocultan las pantallas de ordenador para evitar cualquier elemento de distracción. Detrás están los conductos por donde llegan los medicamentes desde el almacén robotizado.

Gracias al almacenaje robotizado, el personal siempre está en contacto con los clientes para asesorarles o hablar con ellos ya que, justo detrás de los mostradores, están los conductos por donde les llega el medicamento solicitado, no teniendo que ir a cogerlo al almacén. Además, el robot que han incorporado añade otras importantes ventajas: mejora en la recepción de los stocks, control de caducidades…

Y si el interior es precioso, qué decir del exterior…parece una boutique de diseño.

Ese era otro gran reto, lograr una fachada lo más diáfana posible para translucir la actividad interior desde la calle. Hemos conseguido aumentar la sensación de altura óptica con puertas de grandes dimensiones y con dos escaparates que comunican los servicios que se ofrecen. En la parte central está el dispensador “24 horas”, que ya tenían en la anterior farmacia y que hemos incorporado en sintonía con el resto de elementos.

En este nuevo espacio trabajaréis aún más contentas, ¿no Marta?

Formamos un equipo de seis personas y la verdad es que nos sentimos muy a gusto. Somos cuatro farmacéuticas: Estibaliz Arantzamendi y Marta Alcalde, además de mi madre y yo, y dos técnicas de farmacia: Rosa Aguirre y Laura Olaizola; todas estamos muy contentas de cómo ha quedado. También quiero mencionar a otra persona que nos ha ayudado mucho, Beatriz Saralegui, una consultora farmacéutica que nos ha guiado a la hora de lograr la más adecuada ordenación de los productos, además de darnos formaciones.

Háblame de los servicios que ofrecéis en la farmacia, Marta…

En los últimos años hemos profundizado mucho en la nutricosmética. Tenemos un dermoanalizador que realiza un estudio de la dermis a nivel facial, corporal y capilar, analizando importantes factores como la hidratación, la elasticidad y la pigmentación.

¿También tratáis el tema capilar?

, tenemos un biólogo capilar que viene cada mes y medio, llevamos varios años con él y obtenemos muy buenos resultados en alopecias causadas por diferentes factores como el estrés, el cambio de estación o el exceso de grasa. Te diré que hay peluqueras que han notado los buenos resultados y suelen recomendarnos a clientes que luego posteriormente han acudido a la farmacia.

¿Otros servicios destacables?

También tenemos una nutricionista que asesora a los clientes en temas de nutrición. Así mismo hacemos las campañas en diferentes épocas, coincidiendo con los días mundiales: diabetes, ictus…

¿Y en cosmética, qué valoráis a la hora de escoger las casas  con las que trabajáis?

Deben ser marcas que nos ilusionen, que tengan ganas de trabajar conjuntamente y que ofrezcan beneficios diferenciales. Solo ofrecemos marcas en las que confiamos plenamente. Las propias casas con las que trabajamos nos traen a sus dermoconsejeras para hacerles limpiezas de cutis a nuestros clientes, ofreciéndoles interesantes descuentos en los productos. También solemos organizar eventos con líneas de maquillajes donde las casas vienen a maquillar a las clientas.

Otro artículo que se solicita mucho son las gafas de presbicia…

En lo relativo a gafas también trabajamos con una casa estupenda que saca unas colecciones muy en línea con las últimas tendencias en diseño.

Me imagino que estaréis formándoos continuamente…

Por supuesto, y el colegio de farmacéuticos nos brinda muchas ayudas para la formación continua en las diferentes áreas. Los farmacéuticos hemos tenido que ir evolucionando desde el concepto más de “boticario” que éramos antiguamente, a un concepto algo más empresarial, pero sin que desaparezca la vocación de servicio, por supuesto. A mí lo que me gusta es atender y asesorar al público en temas de farmacia, yo no he estudiado empresariales y por eso cada vez es más común la figura del gestor farmacéutico.

¿Y qué horario tenéis?

Desde hace unos años tenemos horario continuo, de nueve de la mañana a diez de la noche de lunes a viernes y de nueve a una y media los sábados. Además, contamos con un dispensador disponible las veinticuatro horas para que la gente pueda adquirir productos de primera necesidad en cualquier momento.

Durante todo el reportaje se ha notado que ambas mujeres tienen una química muy muy especial… y no me refiero a ningún compuesto químico de farmacia, sino a sentimientos y cariño, ¡¡mucho cariño!!

Una placer y hasta siempre…

¡Hasta la siguiente publicación! ¡Estad atentos!

¡Nos vemos!

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