26 Abr ELENA TROCAOLA
BERRIZ & AINHOA ETXEBERRIA & ZINKUNEGI & ROSARITO
Elena Trocaola
Calle Goiko Galtzara Berri, 2. Donostia – San Sebastián
943 224 698
www.elenatrocaola.com
¿Cómo redecorarías la Casa Blanca si tuvieras que asesorar a Melania Trump? Cuando le hacemos esta pregunta, medio en broma medio en serio, lo tiene claro: “El objetivo principal sería hacer hogar”, responde rápidamente Elena Trocaola. En el estudio que lleva su nombre se respira, precisamente, un ambiente tan cálido como contemporáneo. Su trayectoria profesional se inició a finales de los años 80 y aquí sigue, incansable, 13 años ya al frente de su acogedor estudio de Aiete (Goiko Galtzara Berri 4).
Elena cuida los pequeños detalles al máximo, lo que se ve y lo que no: la luz, la distribución de los objetos, la música, los olores, el trato… Y es de esas personas con la que te sientes cómoda desde el primer momento. “Las sensaciones son muy importantes en la vida, estés donde estés”, asegura. No sabe si su estudio será el final de su etapa profesional, pero admite estar “muy contenta” con su trabajo.
Mujeres como Elena Trocaola están destinadas a cruzarse en el camino con el buen gusto, la clase y la innovación de Berriz moda. La boutique de moda femenina abrió su primera tienda en Beasain en 1978. En Donostia hace tiempo que se ha convertido en todo un referente y cuenta con dos tiendas más: una en la calle Getaria 20 y otra en la calle Hondarribia 21. Completamos los estilismos con las gafas de Zinkunegi Optika (Hernani, 23) y los zapatos de Ainhoa Etxeberria The Shoe Boutique (San Marcial, 39). El toque final lo da Rosarito Piropo con el maquillaje y peluquería.
Tus espacios provocan “emociones, armonía y funcionalidad”. ¡Son muchas cosas a la vez!
Sí, son muchas cosas, ahí esta nuestra verdadera labor, aunarlo todo en una buena solución creativa y funcional a la vez. Pero sobre todo es importante la ilusión. La mía y la de la persona que va a hacer el proyecto. Porque cuando empiezas con una reforma siempre suele haber un momento duro.
¿Cuál es ese momento duro?
Cuando el cliente ve todo roto, se tiran tabiques de tu casa o de tu oficina, etc. Ahí es cuando hay que ponerle ilusión porque no te haces muy bien a la idea del resultado final, y por supuesto, confianza en lo que has preparado con anterioridad.
Habrá ciudades, artistas, movimientos, canciones, millones de cosas que te influyen a la hora de llevar a cabo tu trabajo. ¿Cuáles son tus principales influencias?
Los espacios que proyecto son reflejo de mi vida, experiencia y cultura. Cada proyecto es distinto y uso el mundo para inspirarme. Revistas de diseño y arquitectura que me encantan, blogs de arte, ferias internacionales que muestran sus creaciones… Tengo buena memoria fotográfica y mucha curiosidad.
Sueles decir que cada proyecto es un nuevo reto…
Claro, porque todos los proyectos son diferentes, no hay soluciones estándar. Me gusta mucho personalizar cada proyecto y eso aporta mucho valor añadido al resultado. El interiorismo es mucho más que un comercio de venta.
¿Te consideras interiorista o decoradora?
Las dos cosas, al final es la demanda lo que decide que seas una cosa u otra, o las dos…. El interiorismo implica reforma, arquitectura del interior y la decoración es un proceso complementario.
¿La diferencia entre uno y otro no está en el momento en el que echas abajo el primer tabique?
Sí, aunque antiguamente no existía esta diferenciación, los decoradores eran los escayolistas. Actualmente con el interiorismo te encargas del diseño interior de los espacios, aunque sin llegar a intervenir en las estructuras de los edificios, eso está reservado a los arquitectos.
Nos imaginamos que estas distinciones no les preocupan a los clientes, lo que les importa es que se sientan identificados con el resultado ¿no? Son ellos quienes habitarán ese espacio.
Claro, las casas son reflejo del estilo de vida, la personalidad y el gusto de sus moradores y mi trabajo es agitar la varita y hacer que convivan en armonía muebles y cuadros de familia antiguos con piezas de diseño modernas, creando un conjunto único y especial.
Llevas 30 años trabajando, pero empezaste montando stands. ¿Qué hacíais exactamente?
Entré de rebote. Es un mundo rápido, muy intenso y a la vez muy creativo. Y estuvimos en un montón de ferias. En paralelo, también hacía interiorismo y nos encargamos de la primera obra importante de Tamayo, el conocido comercio de papelería y materiales de oficina y arte. Aquello fue un antes y un después.
Ya tendría las dos plantas incorporadas...
Sí, sí, se hizo un foso y fue un proyecto precioso. Yo venía de estudiar en Barcelona y estaba con las pilas puestas. Además, tuve la suerte de contar con un jefe buenísimo, Luis Martín. Me enseñó muchas cosas.
¿Qué te enseñó?
Me enseñó a trabajar. Ésto es muy bonito, pero no deja de ser un trabajo. Se ve la obra terminada y nos puede parecer una maravilla, pero detrás hay un trabajo previo importantísimo que no siempre se ve. El proyecto es la base de todo.
Tiene sentido, porque es de dónde vas a partir para hacer todo lo demás, ¿no?
Se invierte mucho más tiempo antes de empezar que durante la obra. Hay que conocer al cliente, sus gustos, necesidades y filtrar muchas cosas para que el resultado responda a sus expectativas marcando un criterio…
Todos estamos muy ocupados y resolver una reforma con mínimos desplazamientos es un valor añadido que intento ofrecer. En el estudio hay multitud de catálogos de proveedores seleccionados a lo largo de mi recorrido profesional que ayuda a este fin.
¿En qué consiste?
En qué tú puedas ir a vivir o a trabajar a un espacio sin encargarte de demasiadas cosas. Que no tengas que pensar, por ejemplo, en el enchufe que debe ir en un sitio para la lámpara que habías pensado poner. En una buena distribución y una iluminación adecuada. Son cosas que te cambian todo. Es fundamental.
¿En qué te has inspirado a la hora de decorar la casa donde hemos realizado algunas de tus fotos? ¿Ha sido una idea 100% tuya o llegaste a una especie de acuerdo con los dueños?
Al tratarse de obra nueva, en este proyecto tuve la oportunidad de desarrollar la arquitectura de interiores, proceso de diseño del interior de los edificios, y poder desarrollar todos los aspectos de los espacios. Personalicé el interior y luego se decoró. El proyecto era un lienzo en blanco. Bello, luminoso y divertido por la ilusión que siempre han mostrado sus propietarios. Por fuera se muestra funcional y confortable por dentro. Un espacio muy especial que se habita y se disfruta.
¿Os adecuáis al cliente o vais con vuestro sello propio?
En este tema el trabajo previo es fundamental. Por supuesto que nos adecuamos al cliente, no se trata de desechar nada, simplemente aportamos experiencia, conocimientos y criterio. El sello propio va implícito en el trabajo, o eso espero…. El mayor éxito es cuando terminas y el cliente está contento.
Seguro que te pasa muchas veces…
¡Afortunadamente, sí! Siempre puede surgir algún problema o gente que no sabe lo que quiere, pero para que el proyecto tenga éxito la confianza es fundamental. Tiene que fluir la relación.
La crisis también ha golpeado muy fuerte el sector de la decoración y el interiorismo. ¿Cómo has hecho para mantenerte a flote?
Es verdad que el trabajo ha cambiado mucho. Ahora la gente tiene la gran ventana de Internet. Ahí está todo, bueno, malo…… Por eso, cuando entras al estudio intento marcar un criterio y seleccionar lo que me gusta.
¿Qué opinas de todo el fenómeno low-cost que ha aflorado estos años?
Me da la sensación de que están desapareciendo tiendas muy importantes, grandes imágenes de marca. Es muy respetable montar una casa con muebles de Ikea, pero si económicamente es viable sería interesante que pudieras complementarlo con otras marcas más personales. Además, creo que no hay que hacer todo de golpe: hay gente con la que he estado hasta tres años montando su casa.
¿Cómo te planteas un proyecto tan a largo plazo? ¿Sobre la marcha?
Normalmente la obra la hago yo y vamos trabajando poco a poco en función del presupuesto. Luego hay que tener en cuenta que el mercado está vivo y que surgen cosas nuevas, que nuestro gusto va cambiando y se va reciclando… Hace unos años el diseño nórdico no sabíamos lo que era y ahora parece que es lo único que hay en el mundo.
¿Con esto no corremos el riesgo de que un bar o una cafetería sea igual en Donostia que en Burdeos o Sevilla? Piensa, por ejemplo, en la moda de paredes blancas y de madera…
Es que, efectivamente, son modas. Y las modas nos están enseñando cosas, ojo. Me parece algo muy importante. No tienen por qué ser desechables. Ahora se lleva lo industrial y lo reciclado, las maderas lavadas, las bombillas a la vista, los cableados, la vuelta del tejido natural… pero a la vez vuelven las decoraciones más barrocas, molduras, cobres, tejidos ricos, el negro incorporado a muchos elementos… Evolución y cambio.
¿Qué colores son hoy en día los predominantes?
Estamos yendo a tonos más relajados como los verdes agua, rosas y azules. Ha habido una época que era todo blanco, marrón y beige. Utilizamos una paleta más extensa y dinámica a la vez.
Un estilo muy poco Almodóvar…
(Risas) ¡Nada Almodóvar! Creo que la clave está en una buena mezcla. Yo no soy ni minimalista ni barroca. No me gusta recargar. Pero considero que hay que respetar los elementos que realmente merecen la pena. Respetar el ambiente de esa persona. Porque ese es su sitio, su casa. Con esto quiero decir que no soy de las que entra como un elefante en una cacharrería.
¿Cuál es tu requisito para trabajar con una marca?
Que me guste, que sea funcional, que tenga calidad e innove. La selección del mobiliario es muy importante y me ha llevado muchos años dar con las marcas adecuadas.
¿Cómo lo has conseguido?
Moviéndome, yendo a ferias por toda Europa… Mi favorita ahora mismo es una que hay en París, también me gusta la de Milán. Los expositores marcan tendencia en el interiorismo. Aquí la gente no se atreve tanto, es más conservadora, pero vamos aprendiendo.
¿A qué le achacas eso? ¿Al carácter guipuzcoano?
No lo sé. Aquí hay un poco de todo, pero no es cuestión de carácter. Es un tema más personal. Yo a veces me desfondo para que la gente apueste por determinadas cosas; me da pena que no se arriesguen.
¿Crees que el buen gusto se aprende o, por el contrario, como dice el dicho, sobre gustos no hay nada escrito?
Hablar del “buen gusto” daría pie a múltiples opiniones y criterios. Para mí el interiorista es un creador, no importa el tamaño del proyecto. Creo, por otro lado, que en este país estamos empobreciendo la estética. Somos víctimas de la crisis y para culturizar nuestro hábitat deberíamos ponerle un poco más de mimo e interés.
Por último, ¿tus hobbies y aficiones están relacionadas con otras expresiones artísticas como la pintura, por ejemplo, o prefieres desconectar con otro tipo de actividades?
Mi trabajo es uno de mis hobbies, una suerte. Todo lo relacionado con él me interesa y por tanto cualquier actividad plástica y de creación llama mi atención. Por otro lado, el deporte me pone las pilas y esquiar en invierno y la playa en verano son grandes disfrutes para mí. Necesito el aire libre y el mar para estar bien.
Muchas gracias Elena, ha sido un placer haber charlado contigo. Hasta la próxima!
BERRIZ
Look 01
• Gabardina negra Isabel Marant
• Pantalón vaquero Current Elliot
Look 02
• Camisa gasa volantes See By Chloé
• Pantalón vaquero Current Elliot
Look 03
• Falda plisada Forte Forte
• Cuerpo plisado Current Elliot
• Americana lino Forte Forte
ZINKUNEGI OPTIKA
• Gafa de sol de concha Anne et valentin
• Gafa de sol gris con varilla dorada Face a Face
• Gafa de sol dorada y rosa Vuarnet
AINHOA ETXEBERRIA – THE SHOE BOUTIQUE
• Stiletto Leie: 198 €
• Cuña corcho Toni Pons: 119 €
• Sandalia Schutz: 135 €
ELENA TROCAOLA
BERRIZ
ZINKUNEGI OPTIKA
AINHOA ETXEBERRIA -THE SHOE BOUTIQUE
ROSARITO PIROPO
¡Hasta la siguiente publicación! ¡Estad atentos!
¡Nos vemos!
Silvia Tello
Posted at 13:26h, 26 abrilComo siempre genial y muy interesante ,Elena Trocaola es una maravilla de mujer como persona y como profesional.