ENARA BELANDIA, UNA NUEVA FORMA DE ENTENDER LA MEDICINA ESTÉTICA

Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos… ¿no vemos la vida de otro color? El hecho de estar contentos con nuestro interior y nuestro exterior, y de encontrarnos en un estado de bienestar permanente, nos ayuda a estar más seguros, y la seguridad es sin duda uno de los mejores ingredientes para afrontar la vida con paso más firme.

Dicen que la plenitud del interior suele reflejarse en nuestro aspecto externo, pero existen factores como el paso de la edad, el cansancio, la alimentación y los hábitos de vida poco saludables que influyen negativamente en nuestra imagen. Afortunadamente la evolución de la ciencia ha traído avances muy interesantes en campos como el de la Medicina Estética, contribuyendo a armonizar tanto nuestro interior como nuestro exterior.

Hoy vamos a conocer a una mujer cuya personalidad tiene una dualidad realmente interesante. Es la Doctora Enara Belandia y su vocación por dedicarse a la medicina fue tan temprana que le cuesta recordar cuándo comenzó. ¿Por qué hablo de “dualidad” en el caso de la Doctora Belandia? Porque desde hace ya muchos años, esta profesional de la medicina conjuga con pasión, “dando vida a la vida”, dos especialidades médicas distantes pero muy complementarias en su vida.

Desde luego esta mujer no deja indiferente a nadie, y con su manera de ver las cosas, nos ha descubierto una nueva forma de entender la Medicina Estética.

Enara Belandia, Centro Médico Arrasate
Calle Arrasate, 53. Donostia – San Sebastián.
  682 540 171
  info@doctorabelandia.com
  www.doctorabelandia.com

Entrevista: Gemma Garbizu
Fotografía: Marian Etxebeste, Gorka de la Granja
Videógrafo: Jon Goda
Coordinación: Laura Manjarrés
Edición y postproducción: Filtro Creativo

AVISO

Este reportaje fue realizado antes de la pandemia de Covid-19, por lo tanto las imágenes mostradas en la consulta no corresponden con el protocolo actual.

Actualmente, Enara Belandia cumple con todas las normas de seguridad establecidas.

DOCTORA ENARA BELANDIA, MEDICINA ESTÉTICA

Hola Enara, tienes una mezcla interesante… naciste en Bilbao, te consideras donostiarra pero has vivido muchos años en Palma de Mallorca.

Así es, aunque nací en Bilbao vinimos a vivir a San Sebastián siendo muy pequeña. Desde que tengo uso de razón quise ser médico, siempre me atrajo ese mundo, y tras estudiar la carrera en Zaragoza y preparar el MIR en Oviedo me fui a Palma de Mallorca a hacer la especialidad. Yo quería ser médico de Urgencias, pero esta especialidad no está reconocida como tal en España, por lo que hay que acceder a través de medicina de familia o medicina interna. Tras mi formación oposité a Urgencias Hospitalarias, donde tengo mi plaza actualmente.

¿Por qué te atraía el campo de la Medicina de Urgencias? Debe ser de lo más estresante.

Es cierto que es una especialidad bastante estresante y de mucha responsabilidad, pero te enseña valores importantes, y a mí me llena en muchos sentidos. Exige tomar decisiones rápidas y decisivas, el actuar “aquí y ahora”, y muchas veces de ellas depende la vida de un paciente. Por supuesto es un mundo duro, no siempre es fácil desconectar cuando sales del hospital, pero es una profesión que enriquece en muchos aspectos y no lo dejaría por nada.

Sin embargo, decidiste compaginarlo con un campo profesional totalmente diferente; la Medicina Estética…

La verdad es que ambos, cada uno desde una perspectiva diferente, trabajan en pro del bienestar de las personas. La Medicina Estética, desde la prevención, está encaminada a mejorar en todos los aspectos; uno de ellos es la imagen pero otro es la salud, porque todo es uno. Existen muchos falsos mitos y prejuicios que consideran este campo como algo frívolo y superfluo, pero no estoy de acuerdo. Poder contribuir a que una persona esté a gusto con su físico, y enseñarle la importancia de mejorar el aspecto de la piel mediante la prevención, le puede ayudar en muchos aspectos de su vida; en confianza y autoestima, por ejemplo. Creo que el objetivo tiene que ser alcanzar una belleza natural y discreta, motivada por el cuidado de la salud preventiva.

¿Cómo te surgió la oportunidad de dedicarte a la Medicina Estética?

Fue en Palma de Mallorca, mientras hacía el MIR. En mi primer verano en la isla conocí a Isabel Caballero, una doctora de reconocido prestigio en esta especialidad. Conectamos muy bien y me propuso ayudarle en su consulta. Yo no sabía nada de Medicina Estética, pero me gustó lo que Isabel hacía y lo que me planteaba, conectamos de maravilla y acepté su propuesta.

Te gustó tanto que te quedaste trabajando con Isabel Caballero catorce años.

Así es, Isabel tiene una clínica muy prestigiosa en esta localidad balear, y a su lado aprendí muchísimo; siempre le estaré agradecida. Posteriormente realicé en dos años consecutivos el Máster de Medicina Estética de la Universidad de las Islas Baleares, un master de mucho renombre en España con asistencia de muchos médicos a nivel internacional. Realicé un gran esfuerzo que ha merecido la pena.

Pero nunca has abandonado tu trabajo como médico de urgencias…

En absoluto. Yo llegué a Urgencias por vocación y para mí sigue siendo algo muy gratificante. Pero decidí compaginar ambas especialidades contemplando la “fuerza y la necesidad de la vida “desde dos perspectivas diferentes.

¿Por qué decidiste especializarte en Medicina Estética facial y no en corporal?

La medicina estética es muy amplia y la rapidez a la que evoluciona es tremenda, por lo que no es fácil para mí abarcar ambas. Considero que la parte facial de las personas es en la que más se puede intervenir. El paso de los años provoca que a nivel facial se produzca pérdida y redistribución de los compartimentos grasos de la cara. Ello, unido a la remodelación ósea que tiene lugar con el paso de la edad, deriva en flacidez, pérdida de la elasticidad de la piel y aparición de arrugas.

Yo intento recuperar la belleza del paciente, siempre teniendo en cuenta su fisionomía y estructura. Se trata de recuperar la forma de la cara que el paciente tenía, no de cambiar sus formas ni contorno. Es importante ser honesto y hacer entender al paciente qué resultados se pueden obtener y cuáles no hay que esperar. Y por supuesto hay que tratar de potenciar la belleza siempre de una forma natural y discreta. No se trata de frenar el envejecimiento, si no de tratar de conseguir que lo hagamos de una forma mejor.

Hace dos años decides regresar a San Sebastián. ¿Te tiraba la tierra?

Efectivamente, mi marido también es de aquí, y cuando yo vivía en Palma, él vivía en Madrid; pasábamos mucho tiempo separados aunque ya teníamos a nuestro hijo. Por ello decidimos que no podíamos seguir así. Estábamos barajando diferentes posibilidades cuando tuve la gran suerte de que me ofrecieron una comisión de servicios en el Hospital Donostia. Decidimos entonces regresar a San Sebastián, donde viven nuestras respectivas familias. Aunque tuve esta gran oportunidad y no lo dudamos, sigo teniendo mi plaza en Palma de Mallorca.

Y ahora te instalas en el Centro Médico Arrasate 53, donde tienes tu consulta.

Efectivamente. Este centro ofrece diferentes especialidades y yo llevo la Medicina Estética.

¿Cómo es el proceso que sigues con tus pacientes?

Siempre actúo en cuatro fases: escuchar, analizar, aconsejar y tratar. Como médico siempre he aprendido que el primer paso debe ser escuchar al paciente, conocer sus inquietudes y qué es lo que quieren mejorar. Todas las personas somos diferentes en cuanto a nuestras características y nuestros objetivos. Conocer al paciente desde el punto de vista médico es muy importante porque en ocasiones sus antecedentes médicos pueden contraindicar un tratamiento. Poder aconsejar es la primera medida, de ahí que mi primera consulta sea gratuita. Los tratamientos posteriores dependerán de cada paciente.

Habrá pacientes que vayan a la consulta y en ese momento quieran hacerse de todo…

Pues sí. Todos nos levantamos algunos días con necesidad de cambio y queremos mejorar nuestro aspecto para sentirnos mejor. Pero es necesario reflexionar, y de ahí la razón de esa primera consulta. Mi responsabilidad como médico es que se hagan los tratamientos de una forma gradual y que los pacientes estén convecidos. Es verdad que la última decisión es personal, pero evito realizar cualquier actuación con la que no esté de acuerdo, tanto desde el punto de vista médico como estético.

En un mundo como la Medicina Estética ¿es importante ser médico?

Por supuesto; es fundamental conocer al paciente a nivel médico, la parte estética es secundaria. Hay que conocer bien la anatomía de la cara para trabajar con la máxima seguridad profesional.

¿Qué tratamientos son los más demandados?

No hay uno en concreto, depende de cada persona y de sus necesidades. En estética facial hay tres pilares fundamentales: la piel, las arrugas y los volúmenes. En mi opinión, una buena salud de la piel es sin duda básica para que el resto de los tratamientos luzcan con los mejores resultados.

¿Qué nos recomiendas para tener una piel saludable?

La piel es el órgano más expuesto a los factores externos, y también es uno de los más sensibles. Los factores externos, así como los cambios hormonales, son los responsables del envejecimiento de la piel, traduciéndose en una textura irregular, mayor sensibilidad de la piel y pérdida de hidratación. Por eso es importante empezar a cuidarla cuanto antes.

Los tratamientos preventivos son los que consiguen mejores resultados a lo largo del tiempo. Para reestablecer la salud y belleza de la piel es necesaria una rutina completa y continuada, y para ello existe una cosmética médica; se trata de una dermocosmética de uso domiciliario que gracias a sus activos consigue prevenir el envejecimiento, corregirlo, y estimular las células para recuperar el funcionamiento de la piel. Una piel bella es siempre una piel sana.

Las arrugas son un factor que preocupa mucho a las mujeres al madurar…

Sin duda, tanto a hombres como a mujeres a partir de determinadas edades. Las arrugas del tercio superior de la cara, llamadas arrugas de expresión, pueden sumar muchos años a nuestro aspecto, porque son consecuencia de la gesticulación natural y, por tanto, del paso de la vida. Existen técnicas con las que se pueden disminuir y ser suavizadas  sin dejar de tener un aspecto natural. Esto es lo más bonito; que no se note que ha habido una intervención.

Te refieres a la toxina botulínica, conocido como Bótox.

Así es. Si se aplica de una forma correcta, el Bótox logra que el paciente presente un aspecto natural y descansado.

¿Cuándo es recomendable aplicar el Bótox?

Se recomienda comenzar a aplicarlo cuando se es joven, con carácter preventivo cuando la arruga no es profunda. Los tratamientos con toxina botulínica se realizan de forma espaciada en el tiempo pero regular para conseguir un resultado óptimo.

Otro problema que surge con el paso de los años es la flacidez.

Sí, como he explicado antes, con el paso de los años, la fisionomía de la cara cambia. A nivel del tercio medio se pierde el compartimento graso, que junto a la remodelación ósea que se produce con los años, da lugar a la flacidez y aparición del surco nasogeniano. Por otro lado, a nivel del tercio inferior, la flacidez se traduce en las llamadas líneas de marioneta y la pérdida de definición del contorno facial. Para el tratamiento de la flacidez es necesario reposicionar esos volúmenes que se han perdido. Ello se realiza con ácido hialurónico de diferentes densidades en función del resultado que se desee obtener.

Con ácido hialurónico también se pueden corregir pequeñas imperfecciones de la nariz, la denominada rinomodelación.

Efectivamente, la rinomodelación con ácido hialurónico es una técnica que se utiliza en los casos en los que no es preciso recurrir a la cirugía. Su objetivo es el de realizar pequeñas modificaciones de la nariz y corregir diversas imperfecciones.

¿Y en el caso de los labios?

En cuanto a los labios, el hialurónico no tiene que aplicarse únicamente para dar volumen. Muchas veces se trata únicamente de aportar al labio frescura e hidratación, sin que cambie su forma. Siempre me gusta buscar la naturalidad, porque creo que es donde está la belleza.

Conociéndote un poco, percibo que eres una persona muy involucrada en tus dos facetas profesionales.

Así es, las dos forman parte de mi manera de entender cómo ayudar a las personas aunque en planos diferentes. Ayudar a la salud y la belleza es dar vida, y en eso estoy.

¿Crees que la Medicina de Urgencias te ha dado una sensibilidad especial?

Ser médico exige tener una sensibilidad especial; no es un trabajo, es mucho más que eso. Creo que es una forma de vida. Y trabajar en urgencias hace que te des cuenta de la fragilidad de la vida, esa vida en la que todo puede cambiar en un instante. He tenido que dar noticias realmente trágicas y esta incluido en mi práctica vital. Por ello, para mí, la Medicina Estética supone un reencuentro con la vida en el sentido griego de la belleza. Ayudar a una persona a sentirse bien con su aspecto es ayudarle a vivir, porque, con ello, puede conseguir sus objetivos y deseos.

Está claro que en tu caso, Enara, ayudar a dar belleza te hace feliz. Ha sido un placer conocerte ¡¡Hasta pronto!!

¡Hasta la siguiente publicación! ¡Estad atentos!

¡Nos vemos!

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