Pensó en estudiar enfermería e incluso se ilusionó con lanzarse a la carrera de bellas artes, pero ser farmacéutica terminó siendo su vocación.
En el caso de Susana Gayubas Urresti se puede hablar de aventuras hechas desde el corazón, ya que esta mujer, titular de la Farmacia Riberas en el barrio donostiarra de Riberas de Loiola, se enamoró, nada más verlo, de Artzentales, un pequeño pueblo vizcaíno de 750 habitantes y se lanzó a abrir allí su primera farmacia con tan solo 26 años, lo que dice mucho de su espíritu emprendedor y aventurero.
Artzentales, Balmaseda, Donostia… Su trayectoria profesional está llena de bonitos recuerdos y muchas cosas han cambiado desde entonces, pero hay algo que no ha cambiado en absoluto; la importancia que Susana da al trato cercano y a la empatía con el paciente en la atención farmacéutica.
Hoy, casi 30 años después, Susana lleva una vida mucho más urbana junto a su familia, dirigiendo esta farmacia tan activa en las redes sociales junto con su marido, José Ramón Sanz, y un gran equipo de farmacéuticas y auxiliares. Ha pasado de atender a personas de edad muy avanzada en zonas rurales de difícil acceso a formar parte del día a día con los vecinos de uno de los barrios más jóvenes y dinámicos de San Sebastián, pero en el fondo sigue siendo la misma.