INDIVIDUAL & ROBERS

AmigoSolidarios
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El tolosarra y donostiarra de adopción Javier Colomo es una de esas personas que habla alto y claro, sin pelos en la lengua. Sin rodeos ni paños calientes. Dice las cosas como las piensa: “La cooperación es el mayor fracaso de la historia”, por ejemplo. Este ingeniero eléctrico y maratoniano retirado que vive en San Sebastián es fundador de la ONG Amigosolidarios, un proyecto que empezó a coger forma en octubre de 2011, tras un par de años de colaboraciones con otras ong´s con las que se han realizado distintas acciones (colegios, unidades pediátricas, pozos de agua, etc.) en Etiopía, Uganda y Kenia.

No cobra por su labor solidaria, en la que invierte casi todo su tiempo libre. Vive en Donostia, pero se desvive por lo que pasa a miles de kilómetros de aquí. Cuando no está trabajando, se dedica a su labor humanitaria. Es como un doble agente, como Clark Kent y Superman. Lleva una doble vida que puede compaginar gracias a que, dice, tiene dos enchufes. “Uno me vale para vivir aquí y otro para cuando viajo allí. Si no fuera así, me volvería completamente loco”.

Su palmarés en el atletismo amateur es para quitarse el sombrero: ganador y segundo clasificado en la Maratón de Berlín (+40 años) , ganador de la Media Maratón de París (+40), Campeón de Europa de Maratón (+40) y dos veces Subcampeón del Mundo de Maratón (+40 y +45). Javier es persistente y tenaz, un hombre blanco con corazón negro, y como cuando corría maratones, es un luchador incansable.

Para vestir a Javier estrenamos colaboración con la tienda de deportes Robers, establecimiento especializado en las mejores marcas deportivas desde 1982. También vestimos a Javier Colomo con prendas de Individual, uno de nuestros comercios favoritos para vestir a hombres que son y se sienten jóvenes.

En África hay hambrunas, desgracias humanitarias, guerras… pero aquí seguimos sin espabilar. ¿Por qué? ¿Vivimos anestesiados?

Es así. No queremos ver el lado oscuro. Además, África ha dejado de ser mediática. Nos hemos acostumbrado a todo y no es una realidad que nos moleste. Somos capaces de estar cenando con la televisión puesta y le decimos al de al lado que cambie de canal cuando salen niños hambrientos. ¡No me fastidies la cena, no ves?!

¿Cómo observa un hombre de tu experiencia y sensibilidad la crisis de los refugiados?

Somos unos cínicos. Si estamos en la barra de un bar nos solidarizamos con ellos y nos dan mucha pena. En cambio, cuando podemos opinar sin que nadie nos vea, es decir cuando ejercemos nuestro derecho a voto, estamos apoyando el control de fronteras, el Brexit, y partidos que apoyan políticas xenófobas, repasemos los últimos resultados en Europa, EEUU……Esa es la demostración de que los refugiados nos molestan y los niños que se mueren de hambre allí lejos (por África), no llegarán a nuestras costas.

¿Por qué crees que se le da mucha más cobertura a lo que ha pasado en Manchester o Londres con respecto a otros actos terroristas?

Somos tribus. Cada uno defiende su tribu y, por lo tanto, algo te afecta en la medida en la que afecta a tu tribu. Según se aleja el terror nos afecta menos, eso es así. Se habla de los atentados de Manchester, pero también ha habido un atentado en Somalia, por ejemplo, y nadie se ha hecho eco de ello. Vivimos en un mundo tecnológicamente global, pero humanamente no.

Vives y trabajas en San Sebastián. Cuando vas a África, ¿la realidad no te sobrepasa? ¿No sufres?

No sufro, porque valga la redundancia, sino sería insufrible y ni todas las realidades son drámaticas al extremo. Una de las grandes premisas para que todo encaje en mi vida es que tengo dos enchufes. Uno me vale para vivir aquí y otro para cuando viajo allí. Si no fuera así me volvería completamente loco. Es verdad que tengo un compromiso con aquella gente, la palabra dada es para cumplirla y por lo tanto se que nunca los voy a abandonar con un proyecto a medio hacer, pero yo vivo aquí. Creo, o pienso que esto será probablemente otro ciclo vital y que en algún momento o por alguna razón puede terminar, o no.

¿Creaste una ONG para ser más efectivo sobre el terreno?

Creo una ONG para darle salida a todo lo que quería hacer y hacerlo de forma transparente y clara. No sé si es bueno o malo, pero creo que soy una persona muy simple: si me meto en algo, me implico al 100% y, si no, me quedo al margen, las medias tintas como mínimo te abocan, sino al fracaso, a la frustración de no haberlo intentado del todo.

¡No parece que lo que hagas sea nada simple!

Lo que tengo es capacidad para fracasar. Estoy preparado para el fracaso. Por cada carrera que gané, perdí 100, pero para mí la satisfacción radica en intentarlo con todas mis fuerzas.  A veces simplemente “luchar por el placer de luchar”.

¿Cuánto tiempo le dedicas a tu labor como cooperante?

Yo vivo de mi trabajo, así que a esto le dedico mi tiempo libre. No se me pasa por la cabeza cobrar algo de la ONG.

¿Te parece mal que haya gente que viva de su trabajo en ONGs?

Tiene que haber grandes organizaciones y gente que cobre, pero no me parecen éticas las cifras que se pagan. Evidentemente. Yo no estoy diciendo que no cobren, pero no se pueden admitir esos salarios. No se puede hacer un negocio de la pobreza. Si quieres ganar mucho dinero vete a un banco o a una empresa privada.

¿Por qué tenemos que tener fe en AmigoSolidarios? ¿Por qué tenemos que creer tu discurso?

La gente no tiene que creer en mí. Lo único que digo es que nos sigan,  que analicen lo que decimos y lo que hacemos y que a partir de ahí luego decidan. Queremos que la gente confíe en nosotros, pero a través de los hechos. Para eso tratamos de ser lo más transparentes posibles, mostramos todo nuestro trabajo públicamente, etc.

¿Por qué dudamos de las ONGs?

La cooperación es el mayor fracaso de la historia. ¿Cuánto dinero se ha enterrado y seguimos como seguimos? Eso es un fracaso.

¿Cuál es el criterio que tenéis para decantaros por un proyecto u otro?

Hay que llevar a cabo acciones que sean reales basándonos en sus prioridades. Utilizar recursos y soluciones locales, tanto material como humana. Primero entablamos un diálogo para ver cuáles son sus necesidades. Del listado de esas necesidades, priorizamos aplicando una serie de criterios para seleccionar el proyecto a realizar (ya que todos no se pueden afrontar): que económicamente sea viable, no “castillos en el aire” para no generar frustración ante una promesa incumplida, hablamos de personas y de sus necesidades e ilusiones, y que sea demostrable o visible, es decir, que el que haya aportado dinero pueda ver con sus propios ojos el resultado.

¿Cuáles son tus tareas en AmigoSolidarios?

Me encargo del diseño de los proyectos, de los viajes, de la gestión de proyecto en el terreno… Pero aquí no me quiero olvidar de Marta e Irene que trabajan mucho y duro en la gestión de la asociación. No deja de ser un trabajo, orden, constancia y eso es fácil. Lo difícil es conseguir el dinero. Con muy poco dinero y mucha gente se pueden hacer grandes cosas.

Con un euro por ejemplo, ¿qué pueden comprar?

Les da para comprar trigo, cereal… Lo que tenemos que hacer en nuestros proyectos es utilizar personal local para que puedan trabajar. Al final es inyectar dinero en la economía local. Les hacemos participes y colaboradores necesarios, se implican en los proyectos, porque en definitiva son sus proyectos, nuestra figura es la de actor secundario, y cuando son y se sienten partícipes el éxito final está más cerca, la “sopa boba” no funciona.

¿De qué proyectos te sientes más orgulloso?

Estoy orgulloso de todos. Esto es una lucha. No hay pequeños ni grandes proyectos. Ahora estamos planificando la construcción de unas letrinas en Uganda. A priori, no es nada atractivo, pero va a ser súper beneficioso para la salud y la higine general en una zona donde se pretende captar agua potable. Con los diseños actuales, el agua se obtiene contaminada y/o sucia.

¿Cuándo te hizo click en la cabeza y te metiste de lleno en la cooperación?

Me pusieron en una encrucijada. África siempre es un país que me había llamado la atención. Había ido como turista, pero en un momento dado hice un primer viaje, luego otro con Ángel Olaran a Etiopía y uno más en el que terminé, tras una larga travesía, arreglando la electricidad de un colegio. Teddy, la mujer que se encargaba de 135 niños, me dijo que era un blanco con corazón negro y me hizo una pregunta: “Javier, ¿nos puedes ayudar?”.

Tú entonces no tenías la ONG montada ni nada de nada…

Exacto, era y soy un personajillo, no un banco o una empresa con recursos económicos. Me podía haber callado, pero le dije que “lo único que podía prometerles es que lo intentaría”. Traté y trato de ser honesto. Para mí, la palabra dada es muy importante.

¿Sigues practicando deporte o cuando dejaste el atletismo decidiste parar del todo?

Sí, sigo corriendo, alternando con gimnasio unos 5-6 días a la semana, pero sin la obligación que me exigía la competición. Y ahora, a veces, las zapatillas no me acompañan en todos los viajes que hago.

Últimamente, se dice running en lugar de ir a correr, vivimos en una fiebre colectiva del ejercicio y la salud deportiva… ¿qué piensas de todo este boom?

Running no me gusta, nunca lo digo. Tenemos una de las lenguas más ricas que existen, así que yo siempre digo correr. Me parece que el deporte, hacer ejercicio, es muy saludable y sus beneficios van más allá de los meramente físicos… Otra cosa es que te obsesiones y se convierta en un perjuicio; me refiero a que se ven bastantes imprudencias y excesos mal planificados.

Sabemos que también te gusta la lectura, ¿qué más aficiones tienes?

Ir a la playa, viajar , la escritura y, en menor medida, cine, teatro, música y espectáculos varios.

Muchas gracias por tu tiempo, Javier. Y gracias, sobre todo, por la labor solidaria que realizas para que este mundo sea un poco mejor. ¡Mucha suerte con tus proyectos!

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