ELISA PALENZUELA, PSICOTERAPEUTA SEXUAL (REPORTAJE)

Hoy en Muselines vamos a hablar de sexo. Y si me retasen a sacar un titular de esta entrevista ¡sudaría ríos de tinta!; sería tan difícil elegir entre tantos… Y es que la mujer a la que voy a “desnudar” hoy con sus reflexiones es una gran profesional de la psicología emocional y sexual a la que me quedaría escuchando horas y horas.

Por algo Elisa García Palenzuela se ha convertido en una de las profesionales más reconocidas de la psicoterapia, campo donde según su opinión la salud emocional y la sexual están “íntimamente” relacionadas; por algo esta interesante mujer trata ambas áreas desde hace ya muchos años con excelentes resultados, ayudando a muchas personas y parejas a resolver sus dificultades en los ámbitos más diversos de la psiquis humana. Sin duda Elisa tiene una personalidad que atrapa; encierra tanto en cada una de sus afirmaciones que da mucho que pensar…

Elisa García Palenzuela también es conocida por haber colaborado en diversos medios de comunicación, desde Diario Vasco y Onda Cero hasta Antena 3 y Etb2, donde sigue colaborando en la actualidad. Ella es nacida en Algeciras, aunque no le queda apenas rastro de acento andaluz. Y es que lleva ya muchos años viviendo en San Sebastián, donde tiene su consulta concretamente en C/ Loyola, 11. Y con ella vamos a charlar sobre nuestra sexualidad, ese vocablo que seguramente es uno de los que acapara más artículos, reportajes e imágenes. Y es que no hay duda de que la sexualidad humana mueve montañas: ¡rusas y de todos los países! Porque es uno de los lenguajes más universales que existen… ¿Lo descubrimos?

Elisa Palenzuela, Psicóloga y Sexóloga

Calle Loiola, 11. Donostia – San Sebastián.
  943 429 345
  info@elisapalenzuela.com
  www.elisapalenzuela.com

Entrevista: Gemma Garbizu
Fotografía: Fernando Cortés
Grabación de vídeo: Jon Borrego y Fernando Cortés
Coordinación: Laura Manjarrés
Edición y postproducción: Filtro Creativo

VÍDEO-ENTREVISTA A ELISA PALENZUELA

Hola Elisa, tú ibas para médico… pero parece ser que no era lo tuyo.

Yo estudié tres años de Medicina y la carrera me gustaba mucho, pero el ambiente no tanto; era bastante conservador. Estamos hablando de finales de los años setenta, donde por mi ideología bastante liberal estaba metida en movimientos intelectuales estudiantiles y no casaba con los planteamientos un tanto “carcas” de mi universidad. Sin embargo las materias que estudiaba sí que me interesaban, y muchas veces he echado de menos no haber finalizado esta carrera ya que en mis tesinas y trabajos posteriores me he basado mucho en esta formación.

Pero es que además el amor se cruzó en tu camino… y al estilo “ocho apellidos vascos” te viniste para aquí…

¡¡Así es!! Ayyy el amor (risas). Me enamoré de un vasco al que conocí cuando yo cursaba COU en Canarias. Él terminó la carrera de arquitectura en Sevilla donde yo estaba estudiando Medicina, y como quería regresar a su tierra decidimos casarnos y venir a vivir a San Sebastián. Aquí no podía seguir con medicina y comencé la carrera de Psicología que también me atraía. La verdad es que me enganchó por completo desde el principio; me chiflaba el ambiente, las materias que estudiábamos, el profesorado… conocí a personas realmente interesantes por su nivel intelectual y sus inquietudes.

Pero en la carrera no escogiste sexología como asignatura optativa…

Pues la verdad es que en ese momento me interesaron más otras asignaturas como psicoterapia o comunicación. Pero cuando terminé la carrera y comencé a trabajar en el campo de la psicoterapia, me di cuenta de que me faltaban herramientas para poder abordar la psicología humana desde diferentes ámbitos, y casualidad una amiga mía me comentó que quería hacer un master en Madrid en el Instituto de Ciencias Sexológicas así que me pareció una idea estupenda y allí fuimos.

¿Ese master te enganchó tanto como la psicología?

Me fascinó. Tuve el placer de conocer a Efigenio Amezúa, pionero en el estudio de la sexualidad en España; él estudió en Bélgica ya que aquí no existían estudios académicos en este campo. Cursé los dos años del master y fue una experiencia súper enriquecedora. Me di cuenta de que me serviría mucho como complemento para tratar el campo psicológico del ser humano como seres sexuados que somos. Me encantaba el enfoque que hacían los canadienses del denominado “sexo análisis” y surgió la posibilidad de que uno de los profesores de la universidad de Montreal viniera a Madrid a realizarnos una formación, así que me apunté sin dudarlo. Éramos un grupo de diez sexólogos españoles de los cuales tres vivíamos en el País Vasco y aprendí muchísimo. Con toda esa formación ya me veía plenamente capacitada para abordar el campo de la terapia desde diferentes ámbitos, la psicología clínica y la sexual.

Vamos a ver Elisa… la salud sexual y la salud emocional, ¿están tan relacionadas?

¡¡No se pueden separar!! El ser humano es un ser íntegro y somos seres sexuados por naturaleza, viviendo con esta condición desde que nacemos hasta el fin de nuestros días. Sin una buena base de salud psicológica y emocional no podemos abordar una terapia sexual. Antes de nada debemos aprender a ser dueños de nuestros pensamientos y de nuestras sensaciones, a tener la certeza de llevar las riendas de nuestra vida; ello sin duda genera beneficios a todos los niveles, también en el sexual.

Tratas pacientes con dificultades sexuales tales como la eyaculación precoz, la impotencia, o la falta de deseo… Imagino que en ellas incide mucho el semáforo rojo o verde de las emociones.

Por supuesto, yo no puedo tratar a un paciente haciendo compartimentos estancos porque todo está relacionado. En mi consulta veo muchos casos de disfunción eréctil en varones o falta de deseo en las mujeres, y sí es verdad que suele estar muy ligado a la ansiedad y el estrés en su vida, pero también suele estar condicionado por su tipo de relación sexual, por cómo se comportan en su intimidad tanto él como su pareja. Te diré que los problemas sexuales, tratados con terapia sexual, tienen porcentajes muy altos de resultados positivos, por encima del noventa por ciento. En cuanto pones el foco en el verdadero problema y ahuyentas los fantasmas (muchas personas se obsesionan con la idea de que su dificultad se debe a un problema físico), en cuanto comienzan a recrearse esos niveles de complicidad y entendimiento que hacen falta, se experimentan grandes mejorías.

Pero el deseo, ¿es algo que puede construirse?

Por supuesto que sí. Mucha gente piensa que el deseo es algo que va y viene, pero se puede y se debe construir. Si una persona tiene una vida estresante y está todo el día “enrabietado” con sus problemas o porque no le gusta la vida que tiene con su pareja, el cerebro entra en un estado defensivo y eso es incompatible con el deseo. Y no lo solucionas poniéndote ropa interior sexy para el “después” de una cena romántica, porque la rabia sigue dentro y terminará reapareciendo; puede servir de forma momentánea pero nada más. Lo primero que debemos hacer es trabajar esas rutinas de calidad para lograr que en nuestra vida se den los contenidos que realmente queremos que haya, aquellos que nos hagan felices. Y lo primero que debes hacer también es mimarte tú mism@ y conectar con tu cuerpo; debes sentirte y conectar con todas tus emociones para construir ese deseo y que sea duradero.

Pero los hombres y las mujeres evolucionan de forma diferente en lo relativo al sexo.

Sin duda. Las mujeres comenzamos como un motor diésel, vamos poco a poco y cuando somos jóvenes lo que más necesitamos es cariño y afecto; nuestra sexualidad la vivimos más como el deseo proyectado del hombre. En cambio ellos tienen en su juventud una gran explosión sexual; nos encontramos en planos distintos. Sin embargo, hay un momento de cruce donde mujer y hombre nos encontramos en un plano parecido (en un estudio que hice con los canadienses lo llamaron el cruce “Elisa”, me hizo mucha gracia). Y es que nosotras ya hemos crecido sexualmente mientras que ellos siguen manteniendo su potencia sexual, y ahí es donde dos personas que se quieren y tienen una buena salud sexual suman muchísimo. Pero la vida hace que sigamos evolucionando y volvemos a distanciarnos, ya que el hombre suele empezar a experimentar el bajón y muchas mujeres se encuentran con una sexualidad ya muy bien construida y en su pleno apogeo, sin ningún tipo de pudor ni problema.

O sea que la menopausia no tiene por qué afectar a nuestra lívido tal y como podemos creer…

En absoluto. Yo he visto a mujeres que han cultivado una buena vida sexual a lo largo de su vida y después de su climaterio siguen teniendo una salud sexual plena. He leído mucho a Gregorio Marañón, me encantan sus tratados sobre los estados intersexuales y este gran médico de principios del siglo pasado, que trataba a la mujer desde que era joven hasta que llegaba a la menopausia, hablaba de cómo la mujer se “masculiniza”, porque pierde parte de su dotación de estrógenos pero adquiere un potencial sexual importante.

O sea que no hay jubilación para el sexo…

Nunca. Somos seres sexuados desde que nacemos hasta que nos morimos, y pienso que los trabajos que más satisfacciones me han reportado son los que he realizado con personas de edad avanzada; la ilusión que le ponen y la desinhibición que tienen es algo maravilloso. Pero repito: es importante que a lo largo de todos nuestros años logremos mantener esas rutinas de calidad para que nuestra sexualidad no se pierda.

La llegada de los hijos también es otra cuestión que afecta a la vida sexual de la pareja ¿O tampoco tiene por qué ser así?

Debes hacer que no afecte tanto; en tu mano está que la intimidad con tu pareja siga estando vigente a pesar de biberones, pañales y rabietas en casa. No puedes aceptar que tu hijo duerma en tu cama porque si no llora, y que tu pareja se vaya al otro cuarto a dormir, por ejemplo. Cuando nosotros éramos pequeños sabíamos que si nuestros padres estaban en su dormitorio no se podía entrar. Hay que seguir construyendo momentos exclusivamente dedicados a la pareja; los hijos deben entender que dos personas que se quieren deben tener sus momentos de intimidad, y esos momentos no puedes descuidarlos si quieres mantener vigente la salud sexual de la pareja.

¿Sigue habiendo tantos prejuicios? O ya no nos da tanta vergüenza hablar de sexo por temor a ser prejuzgad@s.

Opino que nos sigue dando vergüenza hablar de ello porque tendemos a hacernos una imagen nuestra de cómo nos verán los demás si opinamos de un tema que se supone tan íntimo como nuestra sexualidad. Nos da miedo pensar que lo que vamos a decir no va ser bien recibido, y ante esa idea preconcebida muchas veces preferimos callarnos o decir cosas que realmente no pensamos pero que suenan más “políticamente correctas”.

Me encanta esa frase tuya que dice: “la mujer debe liberarse sexualmente para alcanzar su plenitud psicológica” ¿Nos queda mucho camino a las mujeres para liberarnos sexualmente?

En el caso de las mujeres muchas veces se confunde libertad femenina con libertinaje y es una pena; lo que no se está trabajando y creo que es muy necesario es esa evolución de la sexualidad puramente femenina, saber identificarnos con nuestro cuerpo. Se tiende a pensar que la evolución sexual de la mujer es follar mucho y no tiene nada que ver con eso. El trabajo debe ser de dentro hacia fuera y en esto tiene mucho que ver el tema educacional, tenemos que aprender a construir nuestra identidad sexual como seres diferentes a los hombres que somos.

La monotonía, ¿es de los mayores enemigos del placer sexual?

La monotonía es enemiga de todo, pero no lo son las buenas rutinas. Solemos confundir monotonía con rutina, y es importante construir rutinas pero de calidad, y que la intimidad sexual forme parte de nuestros hábitos. Como he comentado anteriormente, es fundamental que nos esforcemos en lograr que en nuestra vida se den los contenidos que realmente queremos que haya, aquellos que nos hagan sentirnos felices y realizados como personas.

Hay tantos mitos acerca de lo diferentes que somos en la sexualidad según dónde nacemos… Tú que eres andaluza, ¿hay norte o sur en cuestión de sexo?

Recuerdo que cuando nos juntábamos profesionales de varias provincias siempre hacíamos chistes acerca de eso: “es que los vascos follan menos o es que los andaluces lo largan más” (risas). Ahora en serio, yo creo que puede ser diferente la forma de expresarnos en cuestiones de sexo, pero luego en la intimidad no te creas que hay tanta diferencia.

Dinos Elisa, ¿cuáles serían los cinco ingredientes en la receta de una buena salud sexual?

Yo creo que hacen falta menos: una buena salud emocional, construir rutinas de calidad en las que el hábito de conectar con nuestro cuerpo y con esa parte erótica que tenemos esté bien presente, tener un imaginario erótico cultivado de buenos contenidos, y que te guste lo que haces cada día para sentirte feliz y realizad@. Creo que me he quedado en cuatro ingredientes (Elisa sonríe).

Pero el diálogo en las relaciones sexuales de pareja también es importante…

No es importante, ¡¡es fundamental!! Es la única forma que tienen las parejas de poder entrar en ese punto de complicidad que tanta falta hace para tener una buena relación sexual.

¿Cómo debemos hablar de sexualidad con nuestros hijos?

Este tema sale mucho en consulta porque preocupa a muchos padres. Yo opino que es muy importante que en casa se viva el tema de la sexualidad con naturalidad pero, claro está, cada hijo es un mundo y tiene una personalidad diferente. Hay que estar atentos a lo que nos preguntan e intentar responderles con su lenguaje, pero no debe ser un tema que nos obsesione.

Me imagino que la gran ventana que abre Internet tiene mucho que ver en esa preocupación, ¿ha cambiado nuestra forma de entender el sexo debido a las nuevas tecnologías?

Internet está produciendo cambios importantes en lo relativo al mensaje y los modelos que recibimos sobre sexualidad. En la mayoría de los casos no son para nada reales, pero producen un efecto en la sociedad que está haciendo que la sexualidad esté yendo por unos derroteros que no son nada halagüeños.

Y surgen los problemas…

Así es, surgen problemas como el control sobre la pareja que muchas veces se ejerce a través de las redes sociales o la promiscuidad de las relaciones rápidas, ese “aquí te pillo, aquí te mato” que en realidad no construye una sexualidad saludable sino que simplemente es un modo de satisfacer el placer de forma inmediata.

Pero antes de Internet la ventana era la televisión; quién no recuerda el primer programa de sexo que se emitió, “Hablemos de sexo”, de la doctora Elena Ochoa… Creo que mucha gente opinaba que dado su perfil no era muy creíble.

Fue en la época en la que yo estaba estudiando el master en Madrid; estaban buscando gente para hacer un programa de televisión hablando sobre sexo, pero nadie se animaba a realizarlo. Ella tenía mucha relación con el periodista Jose Luis Balbín, pero no era sexóloga, era experta en psicopatología. Pero en mi opinión, aunque no era una mujer que transmitiera erotismo, supo conferir al tema de la sexualidad esa seriedad que necesitaba en esa época. Con la sexualidad suele ocurrir que no hay tratamientos intermedios; o se le da un tono científico o se le da un tono pornográfico o al menos erótico festivo. Y creo que Elena Ochoa le daba el tono que necesitaba la sexualidad en España en ese momento.

Tú, Elisa, también has colaborado en varios programas de televisión.

Así es, vengo colaborando desde hace ya muchos años. He colaborado con Urrusolo en ETB, en cadenas como Teledonosti o Antena 3, y también en radio: con Eduardo Yanez en Onda Cero. Ahora llevo ya varias temporadas colaborando con Etb2 en el programa de la tarde “Qué me estas contando”; tenemos un equipo de personas maravilloso que me nutre mucho. Siempre me he sentido muy cómoda en los medios; me apasiona mi trabajo y me gusta transmitirlo si con ello puedo ayudar.

¡¡Seguro que ayudas!! Hay gente que piensa que son los únicos que tienen un problema, y programas como estos les ayudan a darse cuenta de que no es así ni mucho menos.

Así es, hay muchas personas que no hablan de sexo porque piensan que tienen una vida sexual horrible y todos los demás la tienen maravillosa, pero el dicho “dime de qué presumes y te diré de qué careces” se podría a aplicar a tantos casos… Cuando bajas el nivel de ansiedad de esa persona y le haces saber que eso mismo le ocurre a mucha gente y que tiene solución, esa misma acción ya es de por si terapéutica. Me encanta trabajar con parejas jóvenes que por la llegada de los hijos tienen crisis, y la terapia les ayuda a encontrarse de nuevo y a volver a construir esos puentes de complicidad que han perdido. Sesión a sesión voy viendo sus caras de felicidad, y eso es algo realmente gratificante para mí.

¿Crees que somos más tolerantes con la elección sexual de cada uno?, o todavía nos queda mucho por aprender.

A nivel teórico razonado todos podemos tener ese punto de sentido común: vivimos una diversidad sexual que forma parte de la vida cotidiana. Pero luego a nivel emocional nos puede costar más asimilarlo. Yo lo tengo naturalizado; mi hermano, que lamentablemente falleció hace años, era homosexual, pero si me preguntan: “cómo reaccionarías si uno de tus hijos tuviera esa orientación sexual” no tengo respuesta, porque hasta que no te ocurre no puedes saber cómo reaccionarías verdaderamente.

Qué opinas de los juguetes sexuales…

Opino que es como los aditivos, a uno le gusta la comida poco especiada y a otro le gusta muy especiada, y hay personas a las que les apetece probar cosas nuevas y me parece estupendo. Pero no tiene que convertirse en ninguna imposición por parte de uno al otro, ni basar la relación sexual exclusivamente en ellos porque en ese caso algo está fallando.

Como periodista y como mujer me entra una curiosidad… ¿Cómo reaccionan los hombres al saber que eres sexóloga?

Pues hay de todo (risas), desde el hombre que se asusta hasta al que le empiezo a notar cara de morbo y me suele dar la risa. Solemos tener reuniones de amigos en las que surgen charlas realmente “interesantes” y no veas los camareros… notamos que no se despegan de las mesas por si se pierden algo (Elisa se ríe divertida).

Y aunque dedicas mucho tiempo a tu trabajo seguro que sabes disfrutar de tu tiempo libre.

Intento disfrutarlo al máximo ya que es básico para que pueda sentirme bien y darlo todo con mis pacientes. Me gusta mucho disfrutar de mi familia y de mis amigos; tengo a mi madre que ha venido a vivir a San Sebastián, a mis hijos con los que tengo una relación maravillosa y a mis nietos con los que se me cae literalmente la baba (risas).

Y eres muy deportista por lo que me han contado…

La verdad es que soy bastante activa sí, juego al golf, esquío bastante y también corro. De hecho en 2015 fui invitada por la organización de Airbnb (tengo una propiedad que alquilo con ellos) para correr la maratón de Nueva York. Invitaban a ocho corredores internacionales y tras diversas entrevistas fui seleccionada: no me lo podía creer; con cincuenta y siete años que tenía iba a correr más de cuarenta y dos kilómetros. Pero me gustan los retos, así que adelgacé, me preparé físicamente y llegué a la meta en cuatro horas veinte minutos. Fue una de esas experiencias que nunca olvidaré: nueve días disfrutando con mi acompañante, en un apartamento, en un piso cuarenta frente al Empire State Building… ¡¡como para olvidarlo!! (risas).

¡¡Desde luego!!. Muchísimas gracias por todo Elisa, ha sido un auténtico “placer”.

 

¡Hasta la siguiente publicación! ¡Estad atentos!

¡Nos vemos!

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