ELENA IBARBIA, RESTAURACIÓN DE ANTIGÜEDADES

STYL BOUTIQUE & BRUNO HAIR SALON & MAKE-UP ARTIST ANDREA ORTA

Elena Ibarbia, Restauración
   Calle Felipe IV, 5 local 5. Donostia – San Sebastián.
  617 765 697
  elenius2008@gmail.com

¿Puede ser que los muebles hablen? Se podría tachar de fantasioso a quien afirma esto, pero no hay duda de que un mueble antiguo de madera puede ser uno de los testigos más cálidos de multitud de historias y vivencias. Lo que no habrán visto piezas como el “secreter” que el abuelo utilizaba antiguamente para guardar bajo llave plumas, sellos y cartas escondidas… y si arrimas la oreja a ese mueble antiguo que tienes en casa arrinconado, seguro que te dirá muchos secretos que han sido guardados en sus cajones a lo largo de los años.

A nuestra protagonista de hoy, Elena Ibarbia, los muebles antiguos le cuentan infinidad de cosas todos los días; ella es una gran profesional de la restauración de muebles y otros objetos en madera. En su taller de restauración, Sándalo, ubicado en la Plaza de los Estudios 5, del barrio de Amara, tiene preciosas piezas esperando a resplandecer de nuevo tras pasar por sus manos.

Elena Ibarbia tuvo el privilegio de estudiar esta bonita especialidad en la cuna del arte, Florencia, y posteriormente en Londres se especializó en artes decorativas. Ella siempre aconseja a sus clientes la mejor manera de lograr que sus piezas recuperen su esplendor de la forma más viable. Si tienes un mueble que quieres restaurar y contactas con Elena, te darás cuenta de que su restauración no es ni mucho menos un encargo reservado para muy pocos bolsillos ¿La conocemos?

Colaboradores: STYL Boutique N&L , Bruno Hair Salon (peluquería) y Make-Up Artist Andrea Ortate (maquillaje)

Entrevista: Gemma Garbizu
Fotografía: Marian Etxebeste
Coordinación: Laura Manjarrés
Edición y postproducción: Filtro Creativo

¿Siempre has querido ser restauradora, Elena? ¿Qué estudiaste?

Cuando me planteé ir a la universidad, en un primer momento pensé en estudiar Historia del Arte; siempre me ha encantado el arte en sus diferentes expresiones. Sin embargo, en el momento de tomar la decisión, me decanté por la carrera de psicología, que también me atraía mucho.

Pero enseguida cambiaste de idea…

Efectivamente, la carrera no era lo que yo esperaba y decidí dejarla después de dos años universitarios. Me planteé estudiar formas de recuperación del patrimonio, que era lo que realmente me atraía. Me quería dedicar a este campo y quería especializarme en la restauración de muebles antiguos.

Nos dirigimos con Elena Ibarbia al Palacio de Aiete, donde ha realizado la conservación y restauración de los muebles de la planta noble.

¿Siempre te rondó esa idea por la cabeza? ¿Desde pequeña te han gustado los objetos antiguos?

En mi familia ha habido muchas antigüedades, tanto por parte materna como paterna: piezas pictóricas, en madera, en porcelana, vajillas antiguas…y siempre con la inquietud por conservar en buen estado el patrimonio familiar.

Y por qué decidiste especializarte en la madera…

Desde pequeña me ha gustado observar las piezas antiguas: son testigos de tantas vidas, de tantas historias y de tantas generaciones, que este hecho siempre me ha fascinado. Pero sobre todo me gustaba observar la calidez de la madera: los cambios que va experimentando este material con el tiempo…. La madera es un ser vivo y, aunque se haya cortado para convertirse en un mueble o cualquier otro objeto, nunca deja de evolucionar y modificar su expresión.

Top blanco, gaban largo azul, jeans y foulard cashmere de STYL Boutique N&L.

Para percibir esos cambios hay que tener una sensibilidad especial… desde luego yo no los percibo a simple vista.

Supongo que sí. Me gustaba mucho todo ese mundo, así que cuando decidí abandonar la carrera de psicología para especializarme en la restauración de muebles, recurrí a Julieta Gasca, a la que conocía desde niña y que ha sido durante muchos años la restauradora de muebles del Museo San Telmo. Ella había estudiado restauración en Florencia y me lo recomendó sin dudarlo.

Con Julieta tenías muchas cosas en común, ¿no?

Ella también estudió la carrera de psicología, aunque a diferencia mía, ella si la terminó (risas). Su consejo fue muy valioso, ya que estuve varios años realizando restauración en Florencia y fue una experiencia increíble en la que aprendí muchísimo. En Florencia te podías especializar al máximo en el campo de la restauración del mueble, estudiando, además de restauración, la historia de los diferentes estilos decorativos, focalizada principalmente en la del mueble.

Mesa central tallada y dorada, restaurada en colaboración con Paula Casla.

Me imagino que conocer la historia del mueble a lo largo de los diferentes movimientos artísticos es fundamental para saber restaurar una pieza con acierto.

Sin duda. Tienes que contextualizar los muebles para comprenderlos antes de definir el proceso de restauración más adecuado. Debes conocer lo que estaba pasando en la sociedad en ese momento para entender por qué una determinada pieza se ha ejecutado de una cierta manera y no de otra.

Jersey manga bordada y jeans de STYL Boutique N&L.

Después seguiste tus estudios en Londres…

Así es, me fui a Londres a estudiar un curso de antigüedades del siglo XIX en Sotheby’s. Estudié los diferentes estilos hasta el Art Déco, que es el último estilo que se identifica como antiguo; de hecho ya ha cumplido los cien años. El curso fue maravilloso; también estudiamos artes decorativas en cristal, en plata, en cerámica…Es impresionante los conocimientos que transmiten desde sus escuelas, y tienen además un concierto con el Victoria Albert Museum, que es unos de los museos con mayor patrimonio de muebles antiguos del mundo, ¡un tesoro increíble!

Jersey manga bordada de STYL Boutique N&L.

Esta experiencia debió enriquecerte muchísimo a nivel profesional, ¿no?

Sin duda, el siglo XIX es un periodo artístico difícil de entender; es el siglo de los “neos”: neogótico, neoclásico… Los artistas de aquella época se dedicaron a reinterpretar los estilos anteriores dándoles un nuevo enfoque. Estos estudios me sirvieron para profundizar en el siglo al cual pertenecen la mayoría de las piezas que se restauran actualmente. A todos los restauradores nos gustaría poder tratar una pieza del siglo XVI, pero eso no es lo habitual a nivel de cliente privado, por lo menos aquí. En otros países, como Italia, donde se ha conservado muchísimo patrimonio del Renacimiento o del Barroco, es más frecuente encontrarte mobiliario del XVII o anterior de clientes particulares.

Cambiando de tema, ¿por qué le has llamado Sándalo a tu taller?

Mi primer abanico era de sándalo; me lo regaló una gran amiga y le tengo mucho cariño. Me gustó este nombre para mi taller de restauración. A la madera de sándalo se le atribuyen propiedades curativas y relacionadas con el bienestar; además huele de maravilla.

Ahora que está tan de moda lo retro y los objetos usados, me imagino que a ti siempre te han gustado…

Mucho. Cuando vivía en Florencia, debajo de mi casa había una tienda de ropa usada; encontraba prendas súper especiales de los años cuarenta y cincuenta, pero en aquellos momentos aquí esto era impensable. Sin embargo, desde hace unos años las tiendas de ropa “vintage” han revolucionado la oferta textil. Los objetos utilizados tienen más energía, tienen una vida anterior y eso me gusta. En cierta forma me he convertido en una “basuritas” (risas), pero no te asustes… no tengo el síndrome de Diógenes.

El síndrome de Diógenes es un grave trastorno psicológico, pero también es una auténtica pena ver la facilidad con la que mucha gente tira muebles viejos…

Y no son conscientes de que muchos de ellos, siendo restaurados, pueden resultar maravillosos. El otro día estuve a punto de coger una mesilla que habían tirado a la basura cerca de casa, pero pensé: “me va a llevar muchísimo trabajo y luego no sabré dónde colocarla porque en casa ya no tengo espacio”. Pero me dio mucha pena, no te creas; la mesilla estaba destrozada, pero yo le veía una línea muy particular a pesar de tanto deterioro.

Top blanco, gaban largo azul, jeans y foulard cashmere de STYL Boutique N&L.

Hablando de piezas que te llegan muy deterioradas y no tienes mucha información de cómo eran, ¿cómo eres capaz de saberlo de cara a restaurarlas correctamente?

Las marcas dicen mucho de la historia de un mueble; nos dan una gran cantidad de información. Hay que ir buscando, tanto marcas físicas de factura, como pistas que deja la madera: puedes saber si ha habido un tirafondo, un tubillón, si una pieza ha sido encastrada después… (se nota por la diferencia de color, la textura, la forma de la veta…). Otras marcas, realizadas involuntariamente o a propósito durante su uso, dan una idea de qué tipo de cuidados ha recibido esa pieza durante su historia.

Seguimos nuestro reportaje visitando el precioso Museo San Telmo. Elena ha realizado muy diversos trabajos de conservación y restauración para este museo a lo largo de su trayectoria profesional

Americana terciopelo y bolso de STYL Boutique N&L.

En estos casos sí se ve la diferencia entre un mueble que ha sido anteriormente restaurado o simplemente reparado, ¿no?

Exacto, se trata de dos trabajos diferentes. La reparación de un mueble se limita a recuperar su función, a menudo quitando piezas dañadas y sustituyéndolas por otras sin importar que mantengan intacta su esencia. Ante una pata antigua dañada, por ejemplo, los restauradores lo que hacemos es consolidarla o reconstruirla, a fin de conseguir que el mueble pueda seguir siendo utilizado sin perder tanto su materia y su estilo original, como su funcionalidad. Lo último que haríamos sería cortar esa pata y poner una nueva, a no ser que fuera imposible recuperarla, claro.

¿Crees que el boom de la moda retro te ha traído más trabajo?

La moda retro ha surgido en gran parte por la gran crisis que hemos padecido. Mucha gente, ante la incapacidad de comprar objetos nuevos, tenía que conformarse con reutilizar los que ya tenía y en muchos casos les daban un nuevo aire para que parecieran diferentes. Surgió la moda de pintar los muebles para que simularan ser antiguos, dando, en parte, lugar al estilo “vintage”.

Al hilo de esto, te habrán traído muchos muebles que no merece la pena restaurar…

En esa época tenía clientes que me traían algunas piezas de mala calidad que querían restaurar, pero yo siempre les aconsejo, y en los casos en los que no merecía la pena les recomendaba que era preferible pintarlos para que les quedaran a su gusto sin encarecer el presupuesto. En los años sesenta y setenta se utilizaban muchas maderas que eran de mala calidad, pero se teñían y se barnizaban industrialmente para que quedaran aparentes. Si no entiendes de maderas puedes pensar que es un nogal cuando en realidad se trata de un simple chopo o de haya. No siempre merece la pena restaurar esas maderas, ya que el trabajo de limpiar un barniz industrial es larguísimo, y encarece mucho el presupuesto; es mucho más rentable pintarlas.

¿Cuáles son los trabajos más agradecidos, los que más te gusta realizar?

Lo que más me gustan son los acabados; es la parte más artística y en la que más disfruto. Puedes limpiar muy bien un mueble y restaurarlo, pero puedes fastidiarlo si no mimas su acabado. Me gusta mucho el proceso del charolado, aunque ahora no está de moda. Se trata de aplicar a la madera una goma laca, que es un barniz natural. Se le puede dar con brocha, que es más fácil, para realizar acabados medios; pero hay otra técnica que es la de los muebles clásicos antiguos y se llama “a muñequilla”, ya que mediante movimientos de la muñeca logras que la madera vaya absorbiendo poco a poco el barniz, adquiriendo un brillo muy delicado. El barnizado se integra con la madera, y esto hace que siga respirando y evolucionando; conforme pasa el tiempo la madera cada vez se ve más bonita.

¿Y los acabados pintados?

También me gustan mucho: depende de cómo apliques unas tonalidades, con acabados más o menos “desgastados” puedes conseguir un efecto u otro. A la hora de decorar una casa, si vas a pintar un mueble, éste debe ser el último paso. Primero es mejor elegir las telas, las alfombras, el tono de las paredes…y en función del resultado se decide cómo pintar el mueble. Yo insisto siempre en ir a ver el espacio; es muy importante para que todo quede bien armonizado.

¿Qué tipo de piezas sueles restaurar?

Lo que más hago son muebles, pero también he restaurado relojes, objetos del labranza como yugos, instrumentos musicales como pianos; o piezas muy especiales, como un encorchador de sidrería que hice hace unos años. Me gusta mucho restaurar piezas raras y objetos que tienen mecanismos curiosos. Hace poco restauramos una serie de objetos etnográficos; con estos objetos debes ser muy respetuoso, ya que encierran toda una historia cultural a través de su uso; por eso las limpiezas deben ser muy delicadas…

Te gustan los retos difíciles por lo que veo ¿Los muebles te hablan, Elena?

Por supuesto; a mí, al menos, sí. Los muebles te cuentan su historia, aunque muchas veces también les hablo yo a ellos, sobre todo cuando una pieza que debe encajar me desespera: “tú vas a encajar ahí porque yo lo digo” (risas)

Jajaja… El trabajo de restauración requiere de grandes dosis de experiencia, pero también de paciencia; ¿tú la tienes?

Sí, la tengo (Elena sonríe). Es fundamental respetar cada proceso sin tener prisa. Por ello, lo ideal es tener a la vez varias piezas que sigan el mismo proceso de restauración; mientras una debe reposar, te dedicas a otra. Si no respetas el tiempo de espera puedes estropear el trabajo.

Jersey ocre, americana terciopelo y bolso de STYL Boutique N&L.

Desde hace años vienes realizando, además, trabajos de gran envergadura para El Museo San Telmo, ¿no?

Efectivamente, trabajo en colaboración con otra profesional de la restauración, Paula Casla. Llevamos muchos años colaborando y recuerdo el primer trabajo importante que nos encargaron siendo unas “pipiolas” (risas). Se trataba de un mirador que hay en una casa situada en la plaza principal de Arrasate, junto al ayuntamiento. Paula y yo habíamos ido a este pueblo a presupuestar un retablo, y vimos que ese maravilloso mirador se encontraba en muy mal estado.

¿Cómo conseguisteis este trabajo?

Nos pusimos en contacto con los propietarios y les comentamos que era una pena que ese mirador estuviese en semejante estado de conservación; les preguntamos si tenían idea de restaurarlo. Nos dijeron que sí y nos indicaron que nos pusiéramos en contacto con una oficina en el Alto Deba de recuperación de patrimonio; justo estaban en trámites con ellos para iniciar una restauración.

Jersey ocre, americana terciopelo y pantalón brocado de STYL Boutique N&L.

¡¡Qué casualidad!! Llegasteis en el momento exacto…

Y tanto, fue una suerte. Les hicimos una propuesta y nos la aceptaron. Fue un trabajo muy laborioso; con treinta años éramos las responsables del proyecto. La estructura estaba totalmente torcida y nos pusimos en contacto con unos carpinteros de Bergara que tenían mucha experiencia en ese tipo de estructuras; se ocuparon de devolver el mirador a su correcto estado. El arquitecto del ayuntamiento se encargaba de la supervisión y nosotras realizamos el proceso final de restauración; desmontamos parte de las ventanas de guillotina, de estilo neogótico; y restauramos las tallas. Fue una experiencia muy interesante.

¿Y cuándo comenzasteis a colaborar con el Museo San Telmo?

Donde está el coro de la iglesia del museo, se puede acceder a la zona del “Caserío”; una reconstrucción en la que se exponen objetos etnográficos vinculados a las formas de vida más rurales y tradicionales. Hace unos 20 años hubo un incendio y los muebles se dañaron; nosotras nos encargamos de restaurarlos. A través de San Telmo, también, restauramos y conservamos cada cierto tiempo las “cureñas” de Urgull: las estructuras de madera que sostienen los cañones del castillo de La Mota.

Háblanos de otros trabajos que hayan sido destacables…

Hay varios. Yo antes daba clases en Iroa, el instituto de restauración de oficios artísticos, y en colaboración con una alumna, Belén Ergüin, restauramos los muebles pertenecientes al Palacio Miramar; algunos de esos muebles se encuentran actualmente en La Cumbre. Con Paula he conservado y restaurado también los muebles de la planta noble del Palacio de Aiete.

¿Algunas otras piezas curiosas que hayas restaurado?

Con motivo de la exposición en 2013 en el Museo San Telmo, me hizo mucha ilusión restaurar la mesa en la que se considera que se firmó el acta de la reconstrucción de la ciudad en 1813, tras la famosa quema del 31 de agosto. También destacaría, como objeto que lleva una carga histórica relevante, la conservación, ese mismo año, de la lápida del almirante Blas de Lezo; fue otro encargo del museo. Este tipo de piezas, que te llevan a realizar una investigación que siempre aporta luz a la historia del propio objeto, me resultan muy interesantes.

¿Un lugar en el que has trabajado y del que tienes tus mejores recuerdos?

El Convento de Santa Teresa; durante las obras de remodelación el Museo San Telmo se instaló de forma provisional en este lugar, al lado de Santa María. Ahí estuvimos restaurando piezas que están actualmente en el Claustro del museo; otras piezas que posteriormente se llevaron allí.

Con tantas cosas importantes que has realizado, la gente puede pensar que contratarte es caro.

En absoluto, cada vez soy más competitiva porque la experiencia acumulada me permite ser más rápida logrando mejores resultados. Yo siempre aconsejo a mis clientes lo más recomendable a realizar en función del valor de la pieza, de la calidad de la madera, de su estado de conservación, de las expectativas de la persona que me contrata y del presupuesto que quiera asignarle.

¿Y los clientes suelen dejarse aconsejar?

En general sí. Si tienen una pieza con barnices industriales es mucho más aconsejable pintarla, ya que quitar el barniz es una locura. Hay gente que viene con una pieza que le encanta pero es de madera oscura y la quiere clara; con la pintura puedes conseguir un efecto que imite a la madera clara.

¿También te gusta transformar?

También; hace poco he transformado un mueble que me regaló una tía mía. Era un mueble vertical con espejo y lo transformé en una consola. En general soy partidaria de que los muebles antiguos hay que respetarlos, pero si no les das uso es mejor transformarlos; lo importante es que el cliente los disfrute.

Jersey ocre, americana terciopelo, pantalón brocado y bolso de de STYL Boutique N&L.

Me imagino que te gustará mucho la decoración…

Muchísimo; soy devoradora de libros, pero también de revistas, de decoración. De hecho, también tuve la idea de estudiar decoración en lugar de restauración, pero en aquellos años había mucha gente que se dedicaba a ello y pensé que la restauración era mejor opción. Sin embargo, por mi trabajo me involucro mucho en el tema de la decoración; siempre que voy a las casas los clientes me piden opinión, ya que el objeto a restaurar va a formar parte de la decoración.

Vestido cuadros de STYL Boutique N&L.

Hablando de decoración, ¿te gusta la mezcla de objetos antiguos con otros modernos?

Por supuesto, pienso que un mueble antiguo destaca mucho más en un ambiente moderno que en un ambiente cargado de piezas antiguas; le da un toque de calidez al ambiente y un sello muy personal.

Y has comentado que diste clases de restauración en Iroa, ¿esto es algo que quieres retomar, verdad?

Voy a empezar a impartir cursos de restauración y de pintura decorativa; hay gente que pasa por aquí y me pregunta sobre el tema, así que voy a ponerme de nuevo con ello.

Vestido cuadros de STYL Boutique N&L.

Eres una caja de sorpresa, ¿qué hobbies tienes?

Uyy, tengo muchos. Aparte de la restauración, soy escritora amateur y he escrito relatos y poesía en Internet, también he colaborado en un libreto musical.

Y acabas de estar de vacaciones en Italia… me imagino que, como cuna del arte, es un país que te dice mucho.

En Italia el arte está en la calle: en cada rincón, en cada esquina… y me encanta el carácter de los italianos. Hemos estado en una casa en Sicilia y era sorprendente como habían convertido una antigua granja en unos cuantos apartamentos cómodos y funcionales, pero respetando al máximo su esencia y su carácter de antaño.

Nos despedimos de Elena en las esculturas de Remigio Mendiburu que están ubicadas en la Kutxa de la calle Garibay. Éste también fue un bonito trabajo de restauración que les encargaron, a ella y a Paula, a través de San Telmo.

¡¡Un placer Elena!!, ha sido muy interesante hacer un recorrido por la ciudad para conocer algunos de tus trabajos…

STYL BOUTIQUE N&L

LOOK 1
Jeans Cambio
Top blanco Margittes
Gaban largo azul La Fabrique
Foulard cashmere Altea

LOOK 2
Jeans Cambio
Jersey manga bordada C. Biss

LOOK 3
Pantalón brocado Seventy
Jersey ocre Luisa Cerano
Americana terciopelo Luisa Cerano
Bolso Amazone Velours Longchamp

LOOK 4
Vestido cuadros C. Biss

¡Hasta la siguiente publicación! ¡Estad atentos!

¡Nos vemos!

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